ELDA. La capital del Medio Vinalopó ha vivido un mandato municipal tranquilo. Lo reconocen casi todos. Atrás quedaron los episodios de tensión y bronca. Quizás por la habilidad de su alcalde, el socialista Rubén Alfaro, de buscar a acomodos a todos los grupos políticos, a todos los que sumaron a especie de pax romana: lo hicieron el equipo de gobierno, formado por el PSPV y Compromís; la otra izquierda, EU y Podemos y Ciudadanos, dejando al PP fuera de esa especie de ese establishment estatutario de asesores y concejales con dedicación exclusiva o media joranda. Pero si no ha habido tensión tampoco ha habido grandes alegrías. El mandato de Elda ha estado marcado por las pequeñas cosas, los pequeños detalles, la atención a las personas o deshacer los entuertos de 8 años de gestión del PP. U otros embolados, guadianescos, como dar una solución para las 120 viviendas de La Jaud, una zona VIP de Elda, que por fin tienen un plan en el TSJ para evitar un derribo que han recogido varias sentencias.
El 2015 fue el año en el que los socialistas recuperaron Elda, y que, por primera vez, Compromís (aunque más por su sello ecologista) tuvo representación en una ciudad grande y castellanohablante. ¿Madurez democrática? Posiblemente, sea que el votante de progresista ya no repara en eso, si no en la exigencia de políticas. Y el equipo de gobierno de Elda, que vino a reproducir el Botánic, con PSPV y Compromís, y Podemos y EU aplaudiendo desde la grada, tenía, además de solventar pequeños detalles, dos objetivos: reducir el IBI, uno de los más altos de la provincia y de las ciudades españolas del tamaño de Elda, y elaborar un Plan General de Ordenación Urbana.
Lo primero se bajó, un 13%, pero la revisión de los valores catastrales amortiguó esa bajada. Unos la notaron, otros, no tanto. Y lo segundo, se quedó a medias: el documento del planeamiento está finalizado, pero no ha podido exponerse en público, algo que se deja para nueva corporación, según explica la edil de Urbanismo, Pilar Carpena.
Y al tiempo que el Gobierno local ponía chapa y pintura al núcleo urbano y a la prestación de los servicios, y tenía que esquivar el ruido del plurilingüismo, también presenciaba como el PP se iba deshilachando conforme pasaba el mandato. Sin la ex alcaldesa, Adela Pedrosa, en los bancos de la oposición, prestando servicio en el Senado, el portavoz y candidato, Fran Muñoz, tuvo que lidiar con la marcha de dos de sus concejalas, María Dolores de la Dueña y Remedios Soler, y a la postre ahora rivales políticas mientras Ciudadanos, sin rasguños, ha venido observando la muerte dulce del PP hasta el pasado 28A, cuando le sobrepasó y se convirtió en la segunda fuerza de la ciudad.
Sin alardes, como se ha visto, y 20 millones en las arcas municipales, que ponen en duda la ejecución presupuestaria del Gobierno bipartito, hasta 11 fuerzas concurren a las elecciones. Todos los que marcharon de su partido original concurren a las elecciones. Lo hacen las dos ex PP, María Dolores de la Dueña en Contigo y Remedios Soler en Somos Elda, y uno de los regidores de Podemos, Francisco García, que también dejó en sillón morado y ahora concurre con Impulsa Elda. Se presenta Vox, de la mano de un ex concejal del PP, José Mateos, que lo fue de Educación y Cultura en tiempo del régimen Pedrosa. Repite Ciudadanos, con Francisco Sánchez, con el objetivo de sobrepasar al PP; Izquierda Unida presenta a Javier Rivera; Coalición de Centro Democrático, ahora como Movimiento Eldense y con César González a la cabeza, y Podemos, con Cecilio Estevan. Socialistas y Compromís también vuelven a confiar con los mismos candidatos, Rubén Alfaro y Pilar Calpena, respectivamente.
Además de completar la red de servicios y de atención a las personas, Alfaro tiene en mente poder arrancar el gran proyecto estrella que ya incluyó en su programa de 2015: convertir el antiguo conservatorio en una moderna Casa de Cultura, en la que tengan cabida todos los colectivos culturales de la ciudad. Eso, y una oferta de clases estraescolares gratuitas es la gran promesa de Alfaro. Por su parte, la otra pata del Gobierno, Compromís, pone en valor todo lo avanzado en el campo ambiental, los planes de empleos, de reindustrialización o los itinerarios urbanos para que los escolares vayan a sus centros con mayor seguridad.
Y si Ciudadanos ha cuestionado que el dinero municipal siga en los bancos, el PP busca un cambio radical a los expuesto por el bipartito: impulso al comercio y al centro de la ciudad, a la industria, mejores servicios para los estudiantes, mayor atención a los colectivos festeros y, sobre todo, generar ílusión para que el votante vuelva al PP después de los resultados de las generales y las autonómicas.
Ante esta situación, Elda presenta dos incógnitas: la primera, si el PSPV y Compromís son capaces de rentabilizar la gestión e incrementan su presencia en el pleno, a expensas de lo que puedan sacar Podemos o Esquerra Unida, o si los socialistas, con la Pedro Sánchez, fagocitan a parte de sus rivales. Y la segunda, quién gana la batalla del centro derecha: si Ciudadanos o el PP, si y junto a otras formaciones, como Vox, o escindidos de los populares son capaces de articular una mayoría suficiente para desplazar a la izquierda.
La recompensa puede ser en forma de diputado provincial: en el partido judicial de Elda se juega parte de la futura Diputación: en 2015, el PSPV se hizo con dos diputados, y el PP con uno. Ahora podría quedar repartido entre PSPV, PP y Ciudadanos si logra mantener la ola del 28A. Esas son el gran aliciente de estas municipales en Elda. Y no seguir perdiendo población por la merma de ingresos (y de concejales) que le puede suponer.
DATOS DE INTERÉS
2015
Población: 53.348
Paro: 6.848
Renta per cápita disponible: 15.624
2019
Población: 52.404
Paro: 5.473
Renta per cápita disponible: 15.867