ALICANTE. El Teatro Principal de Alicante es uno de los edificios históricos más importantes de la ciudad, pero también es uno de los que más ha conectado con la sociedad a lo largo de sus casi dos siglos de historia. Pascual Rosser Limiñana comenzaba el año recordando en Alicante Plaza, con todo detalle, el origen de esta construcción, que no fue otro que la necesidad que la ciudadanía tenía de erigir un lugar en el que poder dar rienda suelta a sus sueños a través de las artes escénicas. Un sentimiento casi de impotencia que llevó a varios alicantinos a conformar una sociedad constructora en 1845, liderada por Tomás España, para poder hacerlo realidad, no sin la colaboración del Consistorio de la época, con Miguel Pascual de Bonanza como alcalde.
Aquellos vecinos deseosos, y con posibilidades, colocaron la primera piedra el 2 de enero de 1846, quizá sin saber que hoy por hoy, en el siglo XXI, sería todo un referente arquitectónico y sociocultural. Un emblema que la Concejalía de Cultura quiere encumbrar todavía más con una exposición, en La Lonja, que verá la luz a final de año. "El Teatro Principal de Alicante ha sido un faro, espejo y testigo de la historia de la sociedad alicantina", afirma Juana María Balsalobre, comisaria de esta muestra que se está preparando, en la que se podrán ver los documentos más relevantes que se atesoran sobre el nacimiento y devenir de los hechos que entre sus muros han acontecido durante todo este tiempo.
Esa frustración por no poder disfrutar, en condiciones, del ocio y la cultura que nos identifica y caracteriza, es de algún modo comparable al momento que estamos viviendo. Una fatiga pandémica que agota a la sociedad y que tiene al sector cultural pendiendo de un hilo. Esfuerzo que forma parte del objetivo principal que, como es evidente, consiste en primar la protección sanitaria. Sin embargo, el día en que se vuelva a ver completo el patio de butacas será como acudir a aquella representación de Guzmán el Bueno, de Antonio Gil de Zárate, el día en que el coliseo alicantino abría por vez primera sus puertas el 25 de septiembre de 1847.
"Sobre su inauguración e historia presentaremos algunos documentos y también imágenes que dan idea de la sociedad alicantina de la época y del propio teatro", afirma Balsalobre. Momentos, vivencias experiencias e instantes que formarán parte del discurso de la muestra, y del proyecto en sí, ya que no pretende ser solo una iniciativa expositiva temporal, sino que tendrá continuidad "para conocer mejor su sentido histórico y su alcance actual como patrimonio". Un conjunto de eventos que se llevarán a cabo en la ciudad con motivo de este aniversario, pero que tendrán que retrasarse hasta el último semestre de 2021.
"En el Teatro Principal se puede leer la historia de la ciudad de Alicante, por eso se quieren descubrir al público esas diversas miradas y referencias relacionadas con él", explica la comisaria, que elaboró su tesis doctoral precisamente sobre este edificio y ha visto la oportunidad de ampliar su investigación ahora para este proyecto. "Hay documentos muy llamativos", apunta. Sobre su estructura, afirma que posee una de las arquitecturas más significativas de la tipología teatral del siglo XIX. Unas particularidades que podrán conocerse en detalle en esta exposición. "Desde la idea de su creación, pasando por la construcción, la inauguración y toda su historia", desvela.
El Teatro Principal ha tenido como soporte el apoyo de la sociedad alicantina y, por tanto, ha dejado mucha huella oculta que ahora saldrá a la luz. "Este edificio ha sido a su vez el lugar en donde ver y ser vistos", afirma Balsalobre, empezando por esos tesoros que conserva el Archivo Municipal de Alicante, con legajos documentales y gráficos que la comisaria considera "fundamentales, significativos e importantes". Piezas de teatro, obras, iniciativas de beneficencia, documentos de alcaldía, carteles, archivos de cultura, patrimonio, cartografía, fiestas, etcétera, así como grandes colecciones de fotografías.
La exposición contará con piezas de la extensa y valiosa colección de la familia Portes, que fue depositada en la Biblioteca Gabriel Miró de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, actualmente conservada por la Fundación Mediterráneo. Tendrá como apoyo, además, diversos trabajos como los publicados por Vicente Ramos, Pablo Portes, Juan Antonio Ríos Carratalá, Juan Antonio Roche, además de las tesis doctorales de Jaume Lloret i Esquerdo, Francisco Reus Boyd-Swan y Eva García Ferrón.