ELCHE. Aunque estos días hay un respiro en la contienda generada por la peatonalización de la Corredora, el cruce de acusaciones entre las distintas formaciones ha quedado reflejado. Lo último, Ciudadanos ha pedido un pleno extraordinario para lograr paralizar la obra hasta que haya consenso, algo que se aprobó en el último pleno pero que quedará en papel mojado. Asimismo, el pasado mes de marzo se publicó el estudio encargado a la empresa adjudicataria Tema Ingeniería para estudiar los pros y contras de la peatonalización y cómo llevarla a cabo. Como puntos a favor destacan la atracción de más clientes a los comercios, una reducción de la contaminación en ese tramo y un entorno más amable para el peatón. Por el contrario, ese ruido y polución se trasladará a calles adyacentes y la posible revitalización supondrá mayor presión fiscal y posible gentrificación del centro.
Precisamente sobre la atracción de nuevas oportunidades, el informe muestra que la peatonalización puede atraer grandes marcas y más locales de ocio y restauración mediante la colocación de terrazas que impidan la libre circulación de peatones, “con el consecuente ruido ambiental por las noches y en fin de semana”, por lo que alerta de que tendría que existir un equilibrio y que la administración estuviera vigilante para evitar excesos y que sea un entorno atractivo para comerciantes y vecinos. Esa es precisamente alguna de las preocupaciones que han mostrado algunas asociaciones vecinales, dado que hay plataformas cívicas europeas que advierten de esto como uno de los riesgos de peatonalizar.
A los contras de esta obra habría que sumar que justamente en las calles del entorno a las que se desviará el tráfico soportarán más ruido y contaminación, explica el informe, por lo que el problema se traslada. En todo caso, técnicos municipales indican que igual que con la peatonalización de otras calles del centro en su momento, los 5000 coches que a día de hoy pasan por la Corredora no pasarán por calles como Alfonso XII o Ángel, dado que la mayoría circulan por ella de paso, no para ir al centro. Por lo que a priori buscarán en el futuro rutas alternativas como pueda ser la Avenida de la Libertad u otras para atravesar la ciudad. No obstante, según el estudio, “la sección de la calle Alfonso XII, con dos carriles en sentido sur, es más que suficiente para poder absorber una demanda de unos 3.000 vehículos diarios”. También señala que desde que se cierra la Corredora los sábados, el número de vehículos que pasan por el puente de Canalejas disminuye, lo que vendría a corroborar la teoría disuasoria del desvío de tráfico que plantean técnicos municipales.
Sin embargo, hay una problemática también importante con la peatonalización, y es que precisamente por la posible implantación de mayor restauración y firmas importantes en el centro, esto hará que se revalorice el suelo y haya una mayor presión fiscal de los inmuebles en venta o alquiler. A su vez, esto puede contribuir a la gentrificación, es decir, que los habitantes de la zona se vean desplazados por capas económicas superiores. El informe advierte de ello, bien porque hay población envejecida, que es cierto, pero también porque en estas zonas suele haber una población de un corte más popular y no tan pudiente que se acabará desplazando del barrio ‘original’. En cualquier caso, esto último puede ser matizable hablando del centro de la ciudad ilicitana.
Con todo, el informe asevera explícitamente que “la peatonalización de la calle Corredora es una medida totalmente justificada desde el punto de vista de la demanda peatonal”. También clarifica que la infraestructura con la que cuenta la ciudad desde el punto de vista ciclista es insuficiente, por lo que unir las dos partes del centro peatonalizadas y separadas por la Corredora, aumentarían a su vez la infraestructura, dado que en total se trata de 200.000 metros cuadrados de área peatonal. De hecho, otro dato que tiene en cuenta el informe es que según el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de 2009, la movilidad peatonal en la zona Centro es de un 60%, más de 10 puntos por encima de la media de la ciudad de Elche. Los movimientos en modos mecanizados son inferiores a los del resto de la ciudad, tanto en vehículo privado (27% zona Centro frente a 35% media Elche), como en bus urbano (6% zona Centro, frente a 9% media Elche).
Para justificar la peatonalización en las tesis finales, el informe indica que la Corredora “en sí misma es un área atractora por su elevada presencia de comercios”. Aproximadamente, unos 10.000 peatones utilizan esta calle, “muy por encima de los vehículos”. Asimismo, a pesar de que la peatonalización ya existente es correcta para la vida peatonal, el informe especifica que hay excesiva presencia de terrazas en las zonas peatonales (Plaza Glorieta y Calle Hospital, entre otras), “reduciendo en algunos casos el paso peatonal a unos escasos dos metros”.
También hay impacto positivo derivado de la reubicación de algunas paradas de autobús por la modificación de algunas rutas de las líneas que pasan por la Corredora. “Produce una ganancia de cobertura en el escenario peatonalizado”, destaca el informe. La contraparte es que se empeora la accesibilidad al transporte público de la población que vive más cerca de la calle. Pero se indica que estos efectos negativos se podrían minimizar ubicando alguna parada más cercana al centro, “por ejemplo, en la calle Pont dels Ortissos”.
Al final del informe y con diversas variables en función del impacto en el peatón, el comercio, el tráfico y otros factores, se analizan y puntúan las alternativas al proyecto: que se quede todo como está, una peatonalización mixta o una total, siendo esta última la que obtiene mejor resultado, mejorando levemente la mixta Que por otra parte sería la que tendría mayor impacto en el comercio. Pero no en el peatón, que al final es lo que se prima en el proyecto, “para humanizar el espacio” y “recuperar el casco histórico para el peatón”, así como la reducción de las emisiones de CO2, menor ruido y por lo tanto mejor calidad de vida; una mejor calidad de vida que iría en detrimento de las calles adyacentes que sufrirían el desvío del tráfico, con posibles atascos en horas punta.
No obstante, se explica que “el viario del entorno tiene una capacidad suficiente para absorber el tráfico que se derivaría de la peatonalización de la calle Corredora” y habría que tener en cuenta el efecto disuasorio del tráfico que arroja el informe. Para analizar los datos de tránsito diario por la Corredora se cogieron datos de todos lso meses en 2016 y 2017, y se hizo un trabajo de cmapo de dos días en 2017 —una de los argumentos que utiliza la oposición para desacreditar el proyecto— que coincide con los datos anuales de densidad de tráfico y direcciones tomadas. Así pues, un informe en el que a priori quedan claras las ventajas e inconvenientes de la peatonalización de la Corredora, que seguirá siendo motivo de disputa durante los próximos meses, tanto por partidos como por vecinos y comerciantes. Las elecciones se acercan y este es el principal proyecto de la legislatura.