ALICANTE. El PSOE rescata el planteamiento que el ya extinto tripartito había barajado hasta antes del pasado verano y parece decidido a concertar una nueva operación de préstamo que le permita financiar proyectos municipales sin quedar vinculado al estricto cumplimiento de plazos. La concertación de ese crédito podría producirse al margen del éxito que pueda tener la propuesta de presupuestos que el equipo de Gobierno eleve a la consideración del pleno, este mes de enero. Por el momento, los seis concejales socialistas sólo tienen garantizado el voto favorable de los tres ediles de Compromís, lo que no despeja el camino para su aprobación en una corporación de 29 regidores.
El propio alcalde, Gabriel Echávarri, viene insistiendo en sus últimas comparecencias que el hecho de que las cuentas de 2018 no sumen los votos suficientes no supone ninguna dificultad insalvable: se optaría por prorrogar el presupuesto de 2017 y, después, por tratar de plantear las modificaciones puntuales que se consideren necesarias para poder llevar a cabo los proyectos que no hubiesen quedado reflejados ese año. Sin embargo, lo cierto es que, con ese préstamo, el PSOE quedaría libre de toda dificultad: dispondría de financiación para impulsar esos proyectos sin tener que reunir los votos que también resultan imprescindibles para cambiar el presupuesto (más votos a favor que en contra).
Ese préstamo bancario también daría al PSOE mayor margen de maniobra incluso en el caso de que el presupuesto de 2018 sí prosperase. Como el de 2017, ese proyecto de planificación económica parte con un máximo de 10 millones para inversiones, como consecuencia de los límites del plan de ajuste al que el Ayuntamiento sigue sometido. Cerca de la mitad de esa suma está comprometida -y ligada al cumplimiento de plazos- para ejecutar proyectos relacionados con el plan de reurbanización de Las Cigarreras, cofinanciado por la Unión Europea como estrategia DUSI.
Así que, con el crédito, el equipo de Gobierno tendría otra vía a la que recurrir para impulsar otras obras al margen de las presupuestadas, sin tener que esperar a que se produzca el cierre del ejercicio económico de 2017 para conocer qué remanente puede ser utilizado para financiar las llamadas inversiones sostenibles. Con la ventaja añadida, además, de que poder ejecutar obras que no encajen en los límites legales por los que se rigen esas inversiones sostenibles (básicamente, que no generen nuevos gastos adicionales y que tengan una vida útil superior a cinco años, entre otros puntos).
El extinto tripartito ya recurrió a un crédito de 9 millones en 2016 que todavía no ha consumido y que vence en 2026
De hecho, el tripartito ya recurrió a un préstamo en 2016 como vía de financiación paralela al presupuesto municipal para impulsar obras como la reforma del edificio municipal de la Casa de la Festa, entre otros. Como detalló la edil de Hacienda, Sofía Morales, en el pleno ordinario de diciembre, ese crédito ascendió a 9 millones, se ha dispuesto de todo, aunque no se ha agotado esa suma, y su vencimiento no se produce hasta el año 2026.
¿Qué proyectos podrían orientarse ahora hacia ese nuevo crédito? Depende de si prospera o no el presupuesto y con él, la inclusión de obras para las que se reservan fondos, como el primer tramo del llamado paseo litoral, en La Cantera. De no aprobarse, ese proyecto sería uno de los primeros en poder ejecutarse con ese préstamo. Pero también, y sobre todo, se plantea la ejecución de Capçalera: el proyecto de transformación del antiguo matadero en un centro para startups. Su ejecución podría requerir una inyección de unos tres millones, para los que también se espera solicitar fondos del IVACE o incluso acudir a líneas de ayudas de la UE, como el programa Urban Innovation Act.
En ese paquete de proyectos a financiar con ese crédito también podría tener cabida la construcción del Centro de Interpretación de la Guerra Civil previsto en la calle Italia o incluso el proyecto de recuperación del complejo de La Británica, cuando se confirme la cesión al Ayuntamiento. El PSOE también deslizó en el pleno ordinario de diciembre que se convocaría un concurso de ideas para concretar el uso público-cultural que se podría conceder a esas instalaciones.