Hace cinco años, al poco de nacer Alicante Plaza, fue por primera vez a un acto de la Asociación Valenciana de Empresarios, que en ese momento, celebró en la Colonia Santa Eulalia con motivo de la reivindicación para que se desbloqueara el nudo de La Encima, que debe permitir que el AVE pueda ir de Murcia a Castellón -y a la frontera francesa- con ancho internacional. Cinco años después, hemos avanzado algo, pero queda poco ya por deshacer ese nudo. Lo que me llamó la atención de ese acto, que se celebró en un restaurante aledaño a la colonia, fue el potencial de AVE y la incipiente nutrida presencia de empresarios de Alicante inmiscuidos en la causa de AVE, que no deja de ser una causa, también, por las infraestructuras de Alicante.
De ese acto me sorprendió la escasa presencia, por no decir, nula de empresarios de Elche. Me llamó la atención. Esa misma semana, el presidente de la Generlitat, Ximo Puig, había estado en la ciudad de Elche, en concreto, en el parque empresarial, donde los empresarios, esta vez sí, le había leído la cartilla y le reclamaban varias asignaturas pendientes. Entonces, fue el alcalde, Carlos González, quién verbalizó las reivindicaciones. Entre ellas, el AVE Madrid-Elche, el Corredor Mediterráneo, la duplicación y electrificación de la línea de cercanías Alicante-Elche-Murcia, la conexión del aeropuerto con la red ferroviaria, la autovía de acceso al aeropuerto, el tercer carril de la autovía A-31 hasta Villena o el tercer carril entre Murcia y Elche. No hace falta que diga que hay y qué no hay hecho hasta el día de doy.
Pese a ello, escribí mi artículo dominical bajo el título Elche, coja en La Encina, donde venía a confirmar lo que ya venían diciendo muchos analistas de un problema llama Elche, una ciudad potente en los números, pero sin conexión empresarial, ni en los proyectos, ni con la capital, ni influencia política. Su mercado estaba en Europa, y esa parecía ser la preocupación empresarial, pese a que todo lo que rodea(aba) la ciudad y su parque empresarial parecía una isla sin que nada ni nadie la conectara con el aeropuerto, el AVE, las cercanías o las mejores carreteras.