ALICANTE. La oferta cultural de Alicante queda alimentada hasta ahora por espacios expositivos o dedicados a las artes escénicas como el Marq, el MACA, el Mubag, la Lonja del Pescado, el Teatro Principal, el Teatro Arniches, el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, Casa Mediterráneo, el Espacio Séneca, el Museo de Aguas de Alicante, la Plaza de Toros, el Aula de Cultura de la Fundación Mediterráneo, los espacios ya operativos de Las Cigarreras e incluso el Castillo de Santa Bárbara. Se trata de centros de titularidad pública o privada que vienen ofreciendo una programación de actividades de carácter estable -o al menos, con cierta regularidad- al alcance de alicantinos y visitantes, que se han labrado distinto grado de reconocimiento más allá del ámbito provincial.
Sin embargo, ese amalgama de opciones todavía queda expuesto a multiplicarse a partir de la gestión de otros seis edificios que, de un modo u otro, quedan bajo la órbita del Ayuntamiento de Alicante. O como mínimo, están a su alcance. Los seis están llamados a convertirse en contenedores de uso cultural, para los que ahora se trata de definir un contenido específico, en un proceso paralelo al diseño de los proyectos de adaptación y recuperación arquitectónica que resultan necesarios para su puesta en uso y apertura al público.
Esos nuevos espacios son parte de las instalaciones de las antiguas harineras de Benalúa (en esencia, los silos de ambas industrias y la nave central de Harinas Cloquell); los edificios de la antigua fábrica de Tabacos, sobre los que ya se ha iniciado una nueva fase de rehabilitación; los bajos ocupados por los antiguos Cines Aba 6; el Convento de las Monjas de la Sangre; el antiguo Hospital del Rey, que todavía acoge la sede de la Comandancia de la Guardia Civil, e incluso las galerías de la antigua refinería de La Británica, entre la Cantera y las faldas de la Sierra de San Julián.
El actual equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), trata de despejar el posible destino de todos ellos en una labor de planificación para la que siguen sin concretarse fechas concretas. En todo caso, se trata de un proceso que requerirá años de desarrollo, además de inversiones millonarias que, en muchos de los casos, quedan sujetas a la llegada de fondos procedentes de otras administraciones. No obstante, esa doble dificultad no ha evitado que los populares hayan deslizado planes a corto y medio plazo para algunos de esos inmuebles desde la precampaña electoral de las últimas municipales del pasado mes de mayo. E incluso ahora, en las últimas semanas, como ha sucedido en el caso de los Aba 6 o de algunos de los espacios de Las Cigarreras, como la Casa de Misericordia.
Sin ir más lejos, el equipo de gobierno anunció hace dos semanas el impulso del proyecto para reconvertir los antiguos cines Aba 6 en un centro cultural sobre un espacio de 1.215 metros cuadrados, distribuidos en sus cinco salas de exhibición (la cinco y la seis ya estarían fusionadas en un único espacio) en el que tendría cabida la creación de salas de ensayo y producción dedicada a la actividad teatral o musical. Según concretó la edil de Cultura, Nayma Beldjilali, tras una visita a los antiguos cines, ya se había comenzado a vaciar su interior mientras se trabajaba en coordinación con la Concejalía de Urbanismo para redactar el proyecto de su reconversión. Como mínimo, según fuentes consultadas, ya se habría reservado una primera consignación para asumir los costes de esa planificación en la partida genérica de la que dispone el área de Urbanismo para la redacción de proyectos.
Ese propuesta de futuro para el inmueble del barrio de Los Ángeles, adquirido por el Ayuntamiento desde hace más de una década, pudo tener una posible réplica en el espacio ocupado por otro antiguo multisalas en el Casco Antiguo: los Cines Astoria. Por lo pronto, el PP desveló la existencia de un proceso de negociación para cerrar su compra en la antesala de los comicios de mayo. Entonces, se detalló que ya se disponía de una tasación cerrada sobre el valor del inmueble. Y también que se preveía su recuperación para que tuviese un uso como filmoteca y como centro de ensayo de grupos teatrales y musicales, además de para presentaciones culturales, audiciones y conciertos. Con todo, lo cierto es que esa operación se ha visto, cuando menos, dificultada con la entrada en escena de un protagonista inesperado: la compra del inmueble por parte de inversores belgas, como anticipó este diario.
El complejo de Cigarreras
El segundo gran espacio en el que ya se ha comenzado a intervenir es el complejo de Cigarreras. Tanto es así, que se prevé que las obras de rehabilitación del conjunto arquitectónico alineado en torno a la antigua Casa de Misericordia pueda quedar completado en octubre de 2025, tras una actuación que va a suponer una inversión de más de 9,2 millones.
En principio, se prevé que ese conjunto asuma un destino multifuncional, en el que tendrían cabida una sala de estudio, una sala de ensayos para artes escénicas (como en el caso de los Aba6), espacios para emprendedores e incluso para oficinas administrativas en los 7.405 metros cuadrados de superficie disponibles, que quedan distribuidos en tres plantas distintas. De hecho, como ya ha informado este diario, incluso se tantea la posibilidad de que pueda acabar albergando las oficinas de al menos parte de los servicios municipales que ahora quedan ubicados en el antiguo hotel Palas en el supuesto de que se descarte su posible compra a la Cámara de Comercio.