ALICANTE. Al Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Alicante, compuesto por 8 concejales en una corporación de 29 ediles, no le quedará otra salida que esperar al debate de las enmiendas en la comisión de Hacienda para saber si su propuesta de presupuesto puede quedar aprobada en el pleno. La nueva ronda de encuentros celebrados este martes con representantes de Compromís y PSOE solo sirvieron para confirmar que nacionalistas y socialistas continúan sin apoyar la planificación contable defendida por los populares. Es más, todo parece indicar que sus nueve concejales votarán en contra, ya casi sin opciones para inclinarse por la abstención.
El problema es que, de momento, los populares tampoco van a contar con el respaldo de Ciudadanos (Cs): el grupo teóricamente más próximo desde el punto de vista ideológico. Sus representantes, que también tenían concertado un encuentro con el edil de Hacienda, Carlos Castillo, quisieron escenificar de nuevo su distancia respecto al PP con un plante: optaron por no acudir a la cita al considerar que los contactos con los grupos políticos de la oposición se estaban convirtiendo en una especie de mercadeo. Así, Cs tampoco despejó la incógnita de su voto en el pleno y prefirió verse las caras con el PP en la discusión de las enmiendas. La conclusión: que los cinco ediles de Cs no lo ven claro y no están dispuestos a fijar su postura en base a una propuesta de inversiones aplazada a futuro en la que ya se ha admitido propuestas de Guanyar y del edil no adscrito, Fernando Sepulcre.
La primera reunión del martes fue con Compromís. Su portavoz, Natxo Bellido, resumió su contenido con una frase lapidaria: "El PP quiere que Compromís vote en contra del presupuesto". Así, señaló que tras el encuentro, se había vuelto a evidenciar que los populares "no han querido negociar nuestras propuestas para que se incorporen en el presupuesto ordinario, y parece que tampoco quieran que participemos en la decisión sobre las inversiones sostenibles o a financiar con cargo a un préstamo que se pretende plasmar a futuro en un documento político". Así, detalló que, del paquete de aportaciones formulado por Compromís por un montante de 17 millones, el PP sólo había aceptado ampliar de 400.000 a 500.000 euros la partida para ayudas al pago del IBI a familias en dificultades económicas.
De ahí que señalase que no parecía probable que Compromís pudiese respaldar el presupuesto "a no ser que se abra una puerta para nuestra participación". En esta línea, propuso al PP que convocase a todos los grupos políticos para pactar juntos ese documento de inversiones futuras con el propósito de que "realmente tenga validez y de que todos nos comprometamos a ejecutar esas acciones sea quien sea el que gobierne después de las próximas elecciones municipales". Y añadió: "De no ser así, ese documento no tiene ninguna credibilidad, porque seguramente el PP no será quien tenga la responsabilidad de gestionar tras la cita con las urnas".