VALÈNCIA.-Había llegado su momento. Después de años de experiencia como escritora, directora y actriz, de poner picas en Francia y Polonia, y de reconocimientos como el Premio Buero Vallejo 2009 y el de la Crítica Literaria Valenciana 2018, Lola Blasco (Alicante, 1983) se disponía a estrenar dos de sus obras en grandes templos de la escena en este país. El 22 de abril hubiera subido a las tablas del Teatro Valle-Inclán su laureada pieza Siglo mío, bestia mía, Premio Nacional de Literatura Dramática 2016, y un día después, el Teatro Español tenía programada su versión de Mujercitas. La pandemia, que nos ha dejado conmocionados y en suspenso, la ha apeado de su prometedor presente para proyectarla hacia un tiempo conjugado en condicional. La nueva enfermedad llegó incluso a postrarla en un hospital de Galicia. La dramaturga ha vuelto a las teclas, en concreto, ultima el libreto de su primera ópera, inspirada en el personaje de Marie en el Woyzeck de Georg Büchner, pero la supera una sensación de estupor, extrapolable a toda una sociedad en estado de alarma.
— El 23 de abril se habría estrenado tu versión de Mujercitas. ¿Cómo viviste el Día del Libro?
— Nada está siendo normal últimamente. Se ha paralizado todo. Así que lo viví con cierta tristeza, porque habría sido muy bonito celebrar una jornada así con un espectáculo que habla de una escritora. Me quedé en casa leyendo.
— ¿Qué estás leyendo estos días?
— Tropecientas cosas. Ahora estaba releyendo a Virginie Despentes y su Teoría King Kong. En realidad no estoy muy de acuerdo con sus tesis, pero me resulta interesante porque estoy a vueltas con la prostitución por el espectáculo en el que estoy trabajando.