El alcalde de Alicante, Luis Barcala, ante representantes empresariales del área industrial de Las Atalayas, al dar a conocer la propuesta de expansión del recinto, en imagen de archivo.ALICANTE. La modificación del PGOU impulsada por el Ayuntamiento de Alicante para ampliar el área industrial de Las Atalayas con la generación de otros 650.000 metros cuadrados de suelo apto para la implantación de empresas queda abocada a un compás de espera que se prolongará al menos durante los dos próximos meses. Ese es, cuando menos, el plazo previsto para que el planteamiento municipal -en el que se viene trabajando durante los dos últimos mandatos- pueda ajustarse al que, hasta ahora, pasa por ser el último requerimiento planteado por la Conselleria de Agua, Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio: la incorporación de medidas que garanticen el drenaje de esa nueva bolsa de suelo con una correcta evacuación de pluviales.
En esta línea, el equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), acaba de concertar la realización de un trabajo de consultoría externa, a través de una contratación menor (por un importe de 17.787 euros), por la que se plantea la adaptación de la solicitud de modificación del PGOU (la número 43 que se tramita desde 1987) a las instrucciones y recomendaciones formuladas por el departamento autonómico de Planificación Territorial, con el fin de que se cumplan las condiciones de prevención de riesgos de inundabilidad marcadas en el Patricova para la zona que se pretende recalificar, como se puso sobre la mesa en la reunión de la comisión de evaluación ambiental del pasado mes de enero.
Se trata de una planificación necesaria dadas las condiciones orográficas del terreno propuesto, y la preexistencia de infraestructuras comunicativas en el ámbito en el que se proyecta la ampliación del polígono, al quedar perimetrado por la proximidad del trazado de la A-31, el de A-70 y el curso del Barranco de Aguamarga. Como informó este diario, a esas circunstancias se sumaría la necesidad de generar un nuevo acceso directo desde la A-31 al recinto empresarial, lo que podría conllevar la creación de otra barrera física más susceptible de bloquear la escorrentía de aguas.
En principio, ese trabajo de adaptación del documento urbanístico parte con un plazo de ejecución de dos meses, como se ha dicho, de modo que la propuesta de modificación del planeamiento podrá volver a elevarse a la consideración de la comisión de evaluación ambiental entre los meses de mayo o junio.
De aprobarse, el planteamiento perseguido por el equipo de gobierno permitirá disponer de al menos otros 300.000 metros cuadrados netos de suelo -una vez descontada la superficie necesaria para la distribución de viales- que quedarán al alcance de nuevas empresas interesadas en asentarse en Las Atalayas, o para el desarrollo de proyectos de ampliación de instalaciones de las empresas ya posicionadas en el polígono. De hecho, como también ha informado este diario, varias de ellas ya han confirmado su interés por crecer, sin poder acometer la expansión de sus naves por falta de superficie.
Vista del recinto empresarial actual. Foto: PEPE OLIVARESEn todo caso, esa recalificación sería una primera actuación sobre los bordes del recinto actual industrial que se acoge a la fórmula del remate de trama (prevista para los entornos de superficies ya urbanizadas) a la espera de que pueda promoverse una ampliación adicional que cuente con la implicación de la entidad pública empresarial de suelo, Sepes, adscrita al Ministerio de Transportes, como propietaria de gran parte de los terrenos anexos a los límites actuales del polígono.
Al tiempo, el equipo de gobierno ya ha anunciado el inicio de trabajos de planificación para identificar nuevas bolsas de suelo reservadas para la instalación de actividades empresariales en las que se pueda dar cobertura a la demanda de parcelas que se viene registrando en los últimos años. Esos nuevos emplazamientos podrían ser objeto de nuevas recalificaciones a través de próximas modificaciones puntuales del PGOU actual, en el caso de que se demorase la aprobación del nuevo planeamiento, sobre el que ya se ha cumplimentado la recopilación de estudios previos.
Entre tanto, el equipo de gobierno trata de seguir promoviendo actuaciones de mejora en las infraestructuras y servicios del área empresarial, tras ejecutar el reasfaltado de algunos de sus viales principales; la reurbanización de algunos de sus cruces, como el de las calles Chelín y Dracma con la generación de una 'no rotonda', y con la puesta en marcha de experiencias para el fomento de la movilidad sostenible como la reserva de plazas de estacionamiento para el vehículo compartido.
