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BEATRIZ SÁNCHEZ, DE LA TIENDA DE VALENTINA

"Hace dos años no tenía ni idea de lo que era un patrón, pero todo se aprende con ensayo y error”

19/11/2017 - 

ELCHE. Beatriz Sánchez es la mujer de moda por doble partida. El negocio que dirige de ropa y calzado low cost para mujeres va viento en popa y, además, acaba de ganar el Premio Jovempa Joven Empresario 2017. Nos pasea por las nuevas instalaciones de La Tienda de Valentina en el Parque Empresarial de Elche. Ahora parecen vacías, pero promete que en dos años se habrán quedado pequeñas para proveer a medio mundo. En España ya tienen más de 70.000 clientas “valentinas”, con un crecimiento de mil nuevas compradoras cada semana, y el próximo año se lanzarán a la conquista de Europa y de América Latina. Esperan llegar a una facturación de 15 millones de euros en 2018 que deja muy atrás los 200 euros de capital inicial que los fundadores pusieron hace tan sólo dos años.

-¿Se imaginaba que algún día sería la empresaria del año?

-En absoluto. Me quedé en shock. Mi intención al participar en el concurso de Jovempa era conocer a gente emprendedora con ganas de cambiar las cosas. Cuando dijeron mi nombre no me lo podía creer y rompí a llorar. Fue muy emotivo porque han sido dos años muy intensos, sin fines de semana, ni fiestas ni vacaciones. Trabajando muy duro y poniendo muchísima pasión. Todo emprendedor sabe lo que cuesta sacar un proyecto adelante. Cuando las cosas salen y encima recibes un reconocimiento como el Premio Jovempa, la emoción es indescriptible.

¿Cuál es el perfil del joven empresario?

En Alicante tenemos una cantera brutal de talento con gente que tienen muchísimas ideas, proyectos y ganas de emprender. Cuando empezamos todos tenemos miedo a equivocarnos y perder todos los ahorros. Pero lo primero que hay que hacer es quitarse ese miedo, mirar hacia adelante, probar y poner en una balanza lo que pierdes y lo que puedes ganar, que son cosas tan gratificantes como cumplir tu sueño, dar empleo y colaborar con la generación de riqueza en tu provincia. He visto eso en los emprendedores finalistas del Premio Jovempa, gente con muchas ganas de hacer realidad su proyecto que a día de hoy son grandes empresarios. Por eso no me esperaba ganar al lado de ellos, que son unos cracks.

Usted tampoco se queda atrás. Las cifras de crecimiento de la Tienda de Valentina son de vértigo. Se pasará de 200 a 2.000 referencias en tienda este año y a una facturación de 5 millones. ¿Cuál es el secreto?

No hay una fórmula para lograr que las cosas te salgan bien, pero si hay muchos factores que han hecho que a día de hoy Valentina esté consiguiendo estos resultados. Uno de ellos es el equipo. Somos personas muy trabajadoras y empeñadas en que todo salga bien. Me sorprende lo involucrados que están todos. La razón es que hay muy buen ambiente de trabajo y todos remamos en la misma dirección. Gran parte de nuestro éxito se debe además a la atención al cliente. Desde que empezamos con un solo pedido a la semana, lo dábamos todo para que ese paquete llegara a tiempo. Seguimos manteniendo esa misma filosofía, a pesar de que tenemos picos de 1.500 pedidos al día.

La entrega en tiempo y forma es primordial en este negocio.

Si. Todo tiene que llegar a destino en un periodo de 24 a 48 horas desde que se hace la compra. Hemos implantado la excelencia en el envío con la ayuda de una persona de SEUR que trabaja aquí a jornada completa resolviendo cualquier contratiempo. Si hay una incidencia hay un equipo humano detrás para atender a los clientes al instante, escucharles, asesorarles y solucionarla en 24 horas. Siempre tiene que haber una atención de diez detrás. Eso se valora muchísimo y es la razón de que el 90% de nuestras clientas repitan. Hemos logrado un elevado índice de satisfacción en cuanto servicio, tiempos de entrega y la calidad de la ropa.

La tecnología también es un elemento esencial. ¿Es viable la industria 4.0?

Totalmente. Nosotros vendemos pronto moda y además como e-commerce, no tenemos tienda física. O estamos muy adaptados tecnológicamente y evolucionando constantemente, o sería imposible ofrecer el servicio que ofrecemos, con el 98% de pedidos entregados en 24 horas. Tampoco podríamos hacer un análisis al minuto de las necesidades de compra que tenemos o gestionar incidencias en 24 horas. Para que todo ruede es imprescindible la tecnología que hemos adaptado y desarrollado en estos dos años de vida.

¿Las empresas se han dado cuenta realmente de las ventajas de la digitalización?

Tenemos un poco de todo. Hay empresas que llevan muchos años, les va bien y se acomodan. Y otras compañías con una larga trayectoria que dan pasos hacia adelante evolucionando hacia el e-commerce. Es el caso de Carmencita, que está deseando entrar en este mundo.

¿Cuesta más en una empresa familiar?

Somos una empresa en la que cada uno de nosotros lleva un área y no tenemos conflictos. Todos aportamos y entre todos tomamos decisiones.

Debe ser todo un reto triunfar en un sector del que no sabía nada hace dos años.

Somos unos intrusos. Hemos aprendido sobre la marcha sobre tejidos, diseño y todo. Yo no tenía ni idea de lo que era un patrón, pero todo se aprende con ensayo y error. Y ayuda además que nunca hemos tenido miedo a equivocarnos.

¿Cuáles son los mayores problemas en el sector textil?

Cuando empezamos lo primero que intentamos es fabricar en España. El problema número uno: los tiempos. Las fábricas con las que nos entrevistamos no eran capaces de adaptarse a nuestras necesidades de rapidez y agilidad. Nos pedían dos meses para una producción pequeña. De los precios ya ni hablamos. Hemos encontrado las condiciones que queremos en fábricas europeas de Portugal, Inglaterra, Francia o Turquía. Ahora somos capaces de diseñar una prenda y tenerla en nuestro almacén en quince días.

¿Qué previsiones de facturación hay para 2018?

Cerraremos este año con unos 5 millones de euros en el que será nuestro segundo ejercicio. Y a partir de 2018 esperamos triplicar la facturación global porque vamos a empezar una nueva andadura en Europa y Latinoamérica.

¿Cuál es el perfil de vuestras clientas, que habéis bautizado como “valentinas”?

Son mujeres con un nivel adquisitivo medio de entre 25 y 45 años, consumidoras de e-commerce y amantes de la moda. Ya son 70.000 valetinas, mil más cada semana, y cada una de ellas realiza de media seis pedidos al año.

¿Y cómo han logrado su fidelidad?

Nos basamos en la compra por impulso. Si una prenda está marcando tendencia en el mercado, en 14 días la vas a encontrar en la web de Valentina a un precio nunca superior a 29,99 euros. La clienta la ve, sabe que es tendencia, la compra y la tiene en casa en un día, o como mucho dos, en cualquier punto de España. En Europa seguiremos garantizando la entrega en 24-48 horas y en Latinoamérica también es nuestra intención posiblemente implantando allí un centro logístico.

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