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a través de 50 artistas

'Yo, grafitera': el reto de dibujar la paridad en el muro

Diego López publica junto a la editorial Fundamentos Yo, grafitera, un libro para que retrata a 50 artistas urbanas y ahonda en su trabajo, sus perfiles y por encima de todo las homenaje

27/03/2022 - 

VALÈNCIA. La historia de la calle se cuenta en los muros, lo hace a través de aquellos y aquellas que los habitan, y de los que pasean contemplando todo su alrededor. Muchos de los elementos que viven en las paredes hacen que las calles se conviertan en un museo a enorme escala, en el que pasearse supone una experiencia inmersiva y que se renueva con el paso del tiempo y la aparición de nuevos nombres. En Yo, grafitera 50 mujeres artistas cuentan su historia y la de su arte; su autor, Diego López, rinde homenaje a graffiteras del panorama nacional a través de un libro que pasea por centenas de barrios a través de unas 250 páginas, y las que quedan por escribir: “Noto cierto interés en contar la historia de estas voces, podría plantearse una segunda parte”.

Su autor ya había compuesto anteriormente València en grafitis, una excelente forma de exponer el arte urbano y capturarlo para la eternidad. La idea de estos dos recopilatorios surge a través de la necesidad de López por investigar y conocer la historia de las caras y manos que se escondían detrás de los muros, sin embargo en este caso ha querido contar solo con las figuras femeninas que componen el panorama, con motivo de lograr cierta paridad en el terreno del street art: “Es una forma de darles visibilidad, con Yo, grafitera me quito la espina clavada de lo que no conseguí en València en grafitis, un homenaje a las voces femeninas y brindarles el reconocimiento que merecen”. El libro nace en pleno confinamiento, aprovechando el tiempo su autor contactó a las 50 voces que conforman el relato a través de las redes sociales, luego les envió un breve cuestionario con motivo de componer sus propios perfiles y acercar al público sus historias.

Alexandra pintando un muralAlexandra pintando un mural

Varias de las artistas valencianas que aparecen en el libro conocían ya a López a través de contactos o de haber formado parte de València en grafitis, La nena wapa wapa, grafitera que forma parte del libro, cuenta que a través de la difusión de López y su trabajo se le conoce dentro del mundillo: “Parte de la magia de su trabajo es que recoge todo lo que se ha hecho, hasta el más mínimo detalle. Conforma un libro muy cuidado, basta que hayas pintado una vez o dos que aparece en el libro, es una bonita forma de aportar tu granito de arena”. Y es que entre sus más de 250 páginas se pueden descubrir historias de chicas que acaban de empezar como quien dice y de artistas con una larga trayectoria y una voz totalmente consolidada, generando un tejido excelente entre todas las historias.

Conformando esta pequeña enciclopedia de todo lo que hay por la calle se logra también romper la cadena de la falta de referentes, que a partir de hoy se alzan como mujeres con botes llenos de pintura y mucha más voz. Otra de las artistas que aparecen en el libro, Loles Grau, lo define como un momento de convertirse en aquellas que hacen historia: “El libro es un agradecimiento tremendo, por tantos años de lucha y esfuerzo por tener visibilidad. El estar posicionándose, el reconocimiento, que te vean públicamente y ser un referente”. Dentro de un mundillo en el que los hombres siempre han contado con una mayor presencia se genera un agradable vínculo entre las voces femeninas del panorama, poniéndolas en valor y reconociéndolas a través de su obra.

La artista grafitera Loles Grau

Parte de la magia de esta pequeña biblia del street art es el criterio para conformarla, y es que López solo buscaba que las artistas estuvieran en activo sin importar su fama. Así se conforma un mapa de lo más diverso y con caras que se renuevan cada vez con más frecuencia. De hecho tanto es así que de cara al año que viene López ya tiene firmado un contrato para poder contar la historia de artistas urbanos a nivel internacional, aunque esto aún está por llegar. De momento, y a nivel nacional, recoge un reconocimiento a todas estas mujeres que han luchado por llegar a donde están ahora, y que se dignifican a través de la visibilidad, según lo interpreta la grafitera Grau:  “Por ser mujer en diversos sectores sufrimos mucho. El hecho de que haya un hombre que se implica en dar reconocimiento a esto es un paso gigante”. 

De todo esto queda un libro que más allá de mostrar muchos colores e historias sobre las ciudades ahonda en el por qué de las grafiteras, sus orígenes, su discurso y la importancia de la visibilidad. Alexandra, otra de las artistas que aparece en el libro, reconoce que a pesar de que el número de mujeres en el mundillo sea menor es importante romper la cadena a través de obras como esta: “Este libro es una buena forma de darnos nuestro lugar en ese mundillo, generalmente predominado por hombres”, un mundo generado en parte así por la imagen que refleja: “Esto en parte sucede por la esfera que rodea al momento del grafiti: patinar, salir a la calle con tus amigos a hacer pintadas. Era algo en lo que no se veía a chicas con botes, sin embargo cada día se nota menos esta segmentación”. Gracias a Yo, grafitera tal vez se conforma una nueva ola en la que este escenario ya no importa, en las que chicas con botes pueden contar ya con grandes referentes sin tener que rebuscar demasiado, todo ello por el poder de la visibilidad y a la fuerza del arte.

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