a tota virolla  

Yoan Marciano, la misión de editar hoteles de París desde Rocafort

Uno de los hoteleros del momento en la capital francesa gestiona sus proyectos desde esta casa setentera de València. Ahora, abre la puerta

9/10/2021 - 

VALÈNCIA. Hace tres años la edición francesa de Vogue hablaba de Marciano como el creador del momento en París a través de sus hoteles, como el Habituel, “una casa familiar que cuenta historias de los viajeros que se quedan aquí, resguardados del caos de Gare du Nord". Definidos a partir de un diseño diferencial: “equilibrio perfecto entre una atmósfera cálida y un diseño fresco”.

En 2020 la revista de decoración Milk escribía que Marciano “tiene el entusiasmo de un joven hotelero que ha conseguido elevar con una identidad fuerte el Hôtel du Temps (Paris 9e) y el Hôtel Habituel (Paris 10e)”.

En ese tiempo un miembro de The Cure se hospedó en una de sus plazas y a las pocas semanas Marciano acabó en un concierto privado en el Royal Albert Hall de Londres con la familia real. “Tres horas de The Cure, muy loco…”.

En 2021, desde su casa en Rocafort, y tras cambiar de registro, Marciano explica: “Para mí, València reúne toda la definición de un estilo de vida: cultura, comida, playa, parques. Creo en su futuro y deseo ser parte de él”.

Foto: KIKE TABERNER.

Marciano es Yoan Marciano, de profesión creador de hoteles, emparentado con el diseño como palanca más ágil para expresar la creación de los entornos: barrios, pueblos, ciudades, culturas. Hace algunos meses Marciano decidió que iba a gestionar el Habituel y el du Temps desde València. Justo tras encontrar una casa en Santa Bárbara, Rocafort, que le permitía abastar casi todos sus propósitos: un ambiente natural “muy cerca del centro de la ciudad, a pocos minutos”. Un estilo setentero donde encajaran los muebles que llegaron de París, como los niños. Se siente a pachas, cuenta, entre Palm Spring y las estrecheces del Carmen.

Hacer de mantenedor de la capacidad imantadora de València para atraer a creadores de países cercanos es, posiblemente, tan ridículo como negar una aproximación cada vez más fértil. Se impone el tejido productivo, la disposición de una red de anclas que sirven de referencia. También, claro, unas condiciones naturales que, al igual que en centenares de ciudades, son favorables.

Más o menos entre esa alineación de causas, es por donde se deslizó Marciano, propulsado por la experiencia de una de sus diseñadoras, Laura Léonard, que previamente había comenzado a compartir su vida entre València y París.

En una mañana de primavera de invierno, Yoan Marciano atiende desde un hogar amurallado por la naturaleza a través del cual se puede desencriptar ya parte de su lista creativa de deseos. Como ocurre de manera algo infusa, la persona parece ya parte de la estructura de la casa.

Foto: KIKE TABERNER.

Marciano, uno de los nombres del momento parisino, vive en realidad en València y quiere contar cómo ha sido esta alteración orgánica entre el espacio vital y el espacio laboral hasta hacer de Santa Bárbara y Russafa su propia nube:

  • “Nací hace 38 años en París y crecí allí. Tuve la oportunidad de comenzar muy joven en el negocio hotelero justo después de mis estudios. Después de un año en un grupo de hoteles de lujo, convencí a mi familia para que siguieran adelante con el proyecto de un hotel. Lo pusieron en mis manos”.
  • “Después de unos años construyendo experiencias con los dos primeros hoteles, los vendimos y decidí expresarme creando hoteles que transmitieran el diseño que me gusta, una identidad, un estado de ánimo…”.
  • “Tuve mucha suerte porque el Hotel du Temps, cuando ni siquiera estaba terminado, tuvo muy buenas vibraciones a su alrededor. Se creó mucha cercanía con los huéspedes. Es lo que lo ha convertido en uno de los hoteles boutique más modernos de París. El éxito hotelero es, ante todo, una interacción humana”.
  • “El diseño y la creatividad fueron las palabras maestras para estos proyectos. Decoradores, dirección de arte, dibujante… todos estábamos en el mismo espíritu. Creamos un lugar atemporal, no buscamos exageraciones, seleccionamos con sentido piezas de diseñadores, hasta crear una historia”.
  • “Empecé a sentir la necesidad de un nuevo proyecto fuera de París, buscando un lugar próximo, un clima agradable… Mucha gente empezó a hablarme sobre València y su potencial”.
  • A veces tomo el café en València y almuerzo en París. Tengo un buen equipo allí y nos estamos viendo todo el día”.
  • “He elegido València porque es muy tranquila y relajante y al mismo tiempo con mucha energía y personalidad. Me encanta esta mezcla de historia, arquitectura futurista, creatividad y conexión rápida con la naturaleza. Me encanta pasear por las estrechas calles del Carmen, tomar una cerveza en Russafa y disfrutar del panorama gastronómico que siempre sorprende, desde la tradición de la Riuà, hasta japoneses como Nozomi e italianos increíbles como l’Alquimista. ¡Nunca se termina!”.
  • “Me encantaría abrir un hotel como un lugar de vida. No he encontrado todavía el sitio. Poder atraer con él a gente de todo el mundo y hacerles amar València, donde los valencianos tengan motivos para ir allí: tomar una copa y relajarse, hacer fiestas, pequeños conciertos, exposiciones de arte…”.

La historia de Marciano, desde Santa Barbará, continuará. Acaba de comenzar.

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