Cuando nos presentamos a las elecciones de 2015 una de nuestras ideas fuerza era "nos jugamos el futuro de los próximos 20 años". Nos referíamos, entre otras cosas, al Plan General que ahora acaba de ver publicada su primera fase. Nuestra sensibilidad y la visión que este equipo tiene de Xàbia y de su evolución es la de la mayoría de nuestros vecinos y vecinas. Y estamos orgullos de haber conseguido, a base de trabajo y de consensos importantes, que nuestro pueblo se haya convertido en un referente de sostenibilidad ambiental, cultural y económica en la Comunitat Valenciana.
Francamente, las alternativas eran proteger lo que nos hace únicos o perderlo todo en el corto plazo. En vez de eso, este equipo de Gobierno, en contacto con los agentes sociales y económicos, ha tomado medidas destinadas a salvaguardar nuestra calidad de vida y nuestros espacios más singulares como una forma de defender también la economía local y preservar nuestra competitividad. Como ejemplo tenemos la gestión al acceso a la Granadella, que se pondrá en marcha en los próximos días; la protección de la Cova Tallada; el proyecto de conversión del faro del Cap de Sant Antoni en Centro de Interpretación de la Reserva Marina, el balizamiento de cuevas marinas o el Fòrum de Destinos Mediterráneos que reunirá en octubre en Xàbia a los responsables de los enclaves de mayor éxito y prestigio de nuestro entorno.
Son solo algunos ejemplos de que, por nuestra parte, las cartas han estado siempre encima de la mesa: nuestro modelo de Xàbia se basa en la defensa de sus valores únicos como pueblo mediterráneo. Y precisamente ese modelo, claramente expuesto, fue el que consiguió el mayor respaldo en las pasadas elecciones. Por otra parte, no hay que olvidar que el PGE recoge gran parte de las peticiones de nuestros vecinos y vecinas a lo largo de los diferentes talleres de participación. Y la respuesta ha sido unánime: Nos gusta la Xàbia que conocemos y queremos seguir siendo nosotros mismos.
En cuanto al Plan General Estructural que presentamos ahora es el fruto de 11 años de trabajo (desde que empezara su revisión en 2006) y de un importante impulso en los dos últimos por parte del equipo liderado por la concejala de Urbanismo, Isabel Bolufer. Estamos convencidos de que mejora al de 1990 en varios aspectos: por un lado, acaba con la inseguridad jurídica de la colisión de esa norma con las nuevas directrices de uso del territorio (Porn del Montgó, Patfor, Patricova, Pativel); y por otro, pone fin a la concepción especulativa de ese mismo territorio.
Xàbia es el lugar donde queremos mantener nuestra calidad de vida y donde queremos seguir atrayendo a visitantes e inversores de todo el mundo. Seguramente quienes nos acusan de oscurantismo (se ve que doblar el tiempo legal de exposición pública y más de una década de trabajos les parece poco) lo que desearían es volver a la receta del pasado; la misma que nos convirtió por culpa de la excesiva dependencia de un solo sector en una de las comunidades más vulnerables a la crisis. Estaría bien que, con la misma transparencia que practicamos nosotros, planteen abiertamente su alternativa: ¿Construir más? ¿Agotar el modelo? ¿Perder Xàbia?
El plan que presentamos además garantiza la buena marcha de la economía local. Con las parcelas ya preparadas para construir –dentro de núcleos desarrollados y sin consumir nuevas bolsas de territorio– hay trabajo para las próximas décadas; trabajo además para nuestras empresas, no para las mercantiles de fuera que desarrollan las grandes promociones. Asimismo, los trabajos de rehabilitación y reforma del parque de viviendas ya existente garantizan la actividad sostenida –y sostenible– del sector.
Hablando de economía, también en campaña electoral dijimos que queríamos más y mejores oportunidades para la gente. Tener un pueblo agradable en el que vivir, con servicios proporcionados a sus habitantes, con los suministros básicos garantizados, con expectativas razonables de crecimiento y un territorio único supone una gran oportunidad para diversificar y modernizar el tejido económico. En un mercado global de nuevas tecnologías, Xàbia puede aspirar de manera realista a convertirse en un foco de atracción para importantes inversiones, como ya estamos empezando a ver. Este modelo permite captar nuevo talento, que los jóvenes más preparados no se vean obligados a marcharse, y generar negocio sin consumir recursos que son irrecuperables.
Por todo ello estoy convencido de que este PGE es un buen plan. No está pensado en clave privada ni de beneficio para unos pocos –yo ni tengo parcelas ni represento profesionalmente a nadie que las tenga– sino que quiere preservar el alma de este pueblo. Que sigamos viviendo y trabajando a gusto en él y que en el futuro nuestros vecinos y visitantes puedan seguir mirando a Xàbia con cariño y con orgullo. El orgullo de haber preservado un lugar único en el Mediterráneo. El de decir que Junts, fem Xàbia.