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los hijos de miguel pérez quieren recuperarlo con un toque moderno

Vuelve un clásico de la restauración alicantina: El Jumillano se 'lava la cara' para reabrir

12/02/2017 - 

ALICANTE. El restaurante El Jumillano, uno de los locales clásicos de la capital alicantina y referencia obligada durante décadas al hablar de gastronomía local, cuenta los días para volver a abrir sus puertas. Cerrado en febrero de 2015 por la jubilación de su dueño, Miguel Pérez, ahora son sus hijos los que quieren recuperar uno de los nombres míticos de la hostelería alicantina.

Según ha podido saber Alicante Plaza, los sucesores del jumillano 'original' (aunque en realidad el nombre al establecimiento se lo dio su padre, que vendía vinos y aceites de Jumilla en ese mismo local), han solicitado una licencia de obra al Ayuntamiento de Alicante para acometer una reforma interior del inmueble, que en principio preservará el icónico aspecto exterior de la fachada. La reforma, al parecer, no implicará grandes cambios en la estructura y la distribución del restaurante, aunque sí un importante 'lavado de cara' para actualizar la imagen del mítico local.

Este diario ha podido comprobar presencialmente cómo en los últimos días los operarios que trabajan en la reforma se afanan para poner a punto el establecimiento. El ruido de las obras ha sorprendido a algún vecino, que incluso presentó una queja en el Consistorio, aunque la Policía Local comprobó que los trabajos se ajustaban a la licencia concedida y que se cumplían los horarios, según las fuentes consultadas.

Si se cumplen los plazos, El Jumillano volverá a abrir sus puertas con un aspecto renovado apenas dos años después de que su anterior propietario decidiese bajar la persiana definitivamente. A pesar del cierre del negocio por jubilación, tanto el local como la sociedad seguían en manos de la familia, lo que ha facilitado los trámites para preparar la reapertura.

El restaurante El Jumillano abrió sus puertas en 1941, en dos locales anejos (los números 62 y 64) de la calle César Elguezabal (con el cambio del callejero por la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, ahora en suspenso por orden judicial, pasará a llamarse Catedrático Ferrándiz Casares), muy cerca del Mercado Central de Alicante. Anteriormente, el padre de Miguel Pérez había regentado en ese mismo emplazamiento una venta de aceites y vinos de su localidad natal. Hasta su cierre en febrero de 2015, El Jumillano se convirtió en uno de los locales más reconocibles de la capital alicantina, y punto de encuentro habitual de políticos y empresarios de la provincia.

En su carta destacaban, obviamente, las recetas mediterráneas, y una mezcla de productos alicantinos y murcianos. Los pescados, mariscos, arroces, gazpacho, la 'olleta'... En 1989 ganó el premio al Mejor Restaurante de la Comunidad Valenciana, y en 1991 la Cámara de Comercio lo distinguió con el galardón al mejor Comercio Tradicional. Tan característica como su carta resultaba su decoración taurina, aunque todo parece indicar que los hijos de Miguel Pérez están decididos a darle un toque más moderno al nuevo Jumillano.

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