Vuelta al cole

Hace unas semanas retiraban una fotografía de una campaña de publicidad de unos conocidos grandes almacenes que se refería a la vuelta al cole. Una de las fotos era muy poco afortunada y auguraba una vuelta al cole digamos que "de infarto". La campaña se ha cambiado pero la vuelta al cole será apoteósica seguro. La catástrofe va a ser aminorada si conseguimos entre todos mantener la calma y somos capaces de adaptarnos a la realidad en la que vivimos, la que tenemos.

En Elche aproximadamente 36.000 estudiantes desde los 3 a los 18 años de infantil a secundaria deben comenzar las clases el 7 de septiembre. Tanto desde la Generalitat como desde el Ayuntamiento y sobre todo los centros y sus equipos docentes, están trabajando sin descanso para organizar un dispositivo que, además, saben que van a tener que ir modificando conforme vayan sucediéndose los acontecimientos.

En cada centro están luchando para encajar un puzzle casi imposible; niños y jóvenes, separados y sin contacto, pero que pasan perfectamente 7 u 8 horas al día allí juntos. No sé si se relacionan ustedes o tienen cerca a menores de esas edades, pero me parece misión imposible que se puedan evitar contagios. Habrá brotes seguro, pero por eso mismo está todo diseñado para que se puedan aislar grupos reducidos y los demás puedan ir a clase.

El objetivo es intentar la máxima presencialidad porque los tres meses de encierro descubrimos que el teletrabajo no es la maravilla que pensábamos y la teleenseñanza, a determinadas edades y por largos periodos, no cubre las necesidades de formación, donde más que matemáticas y geografía lo que se debe aprender es a relacionarse, socializar, obtener información, ponerla en duda, cuestionarlo todo, aprender métodos para ello...

Cuando empezó el verano y hubo en Elche el primer brote de coronavirus fue en una urbanización de veraneo en Arenales del Sol. Se armó un revuelo impresionante, se cerraron las zonas comunes 15 días, los vecinos se hicieron test pagados de manera masiva y se señalaba por el paseo de la pedanía ilicitana la urbanización diciendo "esa esa, ahí están los apestados".

Un mes después hay varios centenares de positivos por covid-19 en Elche, unos cuantos ingresados en hospitales y han vuelto también a las UCI, por desgracia.

Las aguas se han calmado un poco y nos estamos acostumbrando a vivir así. Tanto que en la misma urbanización primera donde hubo ese brote (una joven de 18 años que había estado todo el curso estudiando, encerrada en casa cumpliendo con su responsabilidad, hizo el examen de selectividad y se fue a celebrarlo con un grupo de amigas con la mala suerte de infectarse y tener que estar confinada casi un mes más), ha habido otro brote esta semana y ya no ha habido escándalo. Se ha confinado quien debía confinarse, se han hecho las pruebas que se tenían que hacer, pero nadie se siente señalado en el paseo de Arenales como ocurrió en el mes de julio.

Espero que la vuelta al cole sea mas o menos así, pero claro, allí los señalamientos pueden ser preocupantes. La chica que tuvo covid-19 en Arenales acabó cerrando sus redes sociales un tiempo harta de recibir barbaridades. Ojalá que en los colegios e institutos no haya problemas y que seamos todos (y las familias, padres y madres tenemos mucha responsabilidad en ello) sensibles y sensatos. No se puede culpabilizar a alguien por estar enfermo y ojo con tratar a las personas que finalmente se contagien como "apestados". Al final con el paso de los meses nos acostumbraremos y cada centro deberá ir adaptándose a lo que vaya pasando. Pero pienso ya en el primer cole o instituto que tenga un brote...