VALÈNCIA (EP). La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha estimado este miércoles que las medidas para limitar los beneficios extraordinarios de las compañías productoras de electricidad inframarginales, a partir de renovables o nuclear, y la tasa de solidaridad a las compañías de combustibles fósiles recaudarán 140.000 millones de euros en la UE.
"Nuestra propuesta recaudará más de 140.000 millones de euros para que los Estados miembros amortigüen el golpe", ha señalado la presidenta del Ejecutivo comunitario durante su discurso en del Estado de la Unión en el Parlamento Europeo, en el que ha agregado que "la industria de combustibles fósiles también tiene un deber especial".
Además, la presidenta de la Comisión Europea ha anunciado la creación de un Banco Europeo del Hidrógeno, que movilizará 3.000 millones de euros de inversión.
El Banco Europeo del Hidrógeno "ayudará a garantizar la compra de hidrógeno, principalmente utilizando recursos del Fondo de Innovación", ha explicado Von der Leyen, que ha añadido que "invertirá 3.000 millones de euros para ayudar a construir el futuro mercado".
Entre las medidas para atajar los elevados precios de la energía, la alemana ha propuesto establecer "un límite a los beneficios de las compañías que producen electricidad a bajo coste".
A este respecto, la presidenta de la Comisión Europea ha matizado que estas compañías, que se surten de fuentes de energía como renovables y nuclear, están obteniendo beneficios "que nunca habían soñado".
La medida planteada por Bruselas contempla establecer un límite al precio al que las productoras a partir de renovables y nuclear pueden vender la electricidad en el mercado mayorista de tal manera que la partida económica resultante se destinará a dotar de apoyo a los hogares más vulnerables.
Además, la alemana ha apuntado que "las principales empresas de petróleo, gas y carbón también obtienen enormes beneficios, así que tienen que pagar una parte justa". La medida que se aplicará a las compañías energéticas de combustibles fósiles contempla que tendrán que abonar una "tasa de solidaridad" sobre sus beneficios extraordinarios.
Así, Von der Leyen ha indicado que "en estos tiempos es un error obtener beneficios extraordinarios récord, beneficiándose de la guerra y a costa de los consumidores", por lo que ha instado a compartir estos ingresos extra con los más vulnerables.
Von der Leyen ha anunciado además que Bruselas propondrá una Ley de Materias Primas Críticas para reducir la dependencia europea en este sector, así como un paquete de medias de alivio para las pequeñas y medianas empresas para afrontar la inflación.
"La fortaleza de nuestra economía social de mercado liderará la transición verde y digital. Necesitamos un entorno empresarial que lo permita, una fuerza laboral con las habilidades adecuadas y acceso a las materias primas que nuestra industria necesita", ha dicho Von der Leyen en su discurso anual sobre el Estado de la Unión Europea ante la Eurocámara.
"Identificaremos proyectos estratégicos en toda la cadena de valor, de la extracción a la refinería, del procesado al reciclado, y construiremos reservas estratégicas donde el suministro esté en riesgo", ha añadido.
La presidenta de la Comisión Europea ha añadido que las reglas presupuestarias europeas deberían dar a los países más flexibilidad a la hora de fijar su ritmo de reducción de la deuda pública pero exigir también mayor rendición de cuentas si no se cumple lo acordado.
"Necesitamos reglas fiscales que permitan inversiones estratégicas mientras que salvaguardan la sostenibilidad fiscal. Reglas que sean adecuadas para los retos de esta década", ha sostenido.
Von der Leyen ha recordado que la Comisión Europea presentará en octubre sus ideas sobre cómo reformar las normas de gobernanza económica europea, es decir, el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento que fija límites a la deuda pública (60 % del PIB) y déficit (3 %) que pueden tener los países y coordina las políticas económicas de los Veintisiete.
Los "principios básicos" de esta propuesta pasarán por dar "más flexiblidad" a los Estados miembros en sus sendas de reducción de la deuda pero al mismo tiempo exigir "mayor rendición de cuentas en el cumplimiento de lo que hayamos acordado", ha explicado.
"Debería haber reglas más sencillas que todos puedan seguir, abrir espacio para las inversiones estratégicas y dar a los mercados financieros la confianza que necesitan", ha confirmado von der Leyen.
Von der Leyen, ha reclamado determinación a la Unión Europea para mantener el pulso con el presidente ruso, Vladimir Putin, al señalar que las sanciones europeas por la invasión de Ucrania ya están afectando a la economía rusa y que "han venido para quedarse".
En un discurso en el Debate sobre el Estado de la Unión que se celebra en Estrasburgo (Francia), Von der Leyen ha querido mandar un mensaje de firmeza frente a Putin al que ha responsabilizado de una espiral de "destrucción y muerte" en Ucrania.
"Quiero dejarlo claro, las sanciones están aquí para quedarse. Este es el momento para que mostremos determinación, no apaciguamiento", ha afirmado, en una llamada a mantener la unidad en el seno de los Veintisiete en un momento en el que Moscú va a tratar de explotar las diferencias entre estados miembro.
El discurso ha girado en torno a la situación en Ucrania, con la presencia de la primera dama, Olena Zelenska, invitada de honor al pleno, y con todas las comisarias y la propia Von der Leyen vistiendo con los colores azul y amarillo de la bandera ucraniana.
Para la presidenta de la Comisión Europea, la guerra en Ucrania se trata de un ataque a la energía, valores y futuro de Europa. "Es una lucha entre la autocracia y la democracia. Y estoy aquí con la convicción de que con coraje y solidaridad, Putin fracasará y Europa prevalecerá", ha subrayado.
En este sentido, la conservadora alemana ha asegurado que las medidas punitivas ya se notan en sectores como la aviación o la venta de automóviles en Rusia. Además ha recordado que cerca de mil compañías internacionales han abandonado el país desde el inicio de la guerra en Ucrania, donde la capacidad militar de Moscú también se ve afectada por la falta de sistemas de chips.