A algunos les sorprenderá esto de que el Golf ya tiene versión crossover porque, al consultar el configurador de la página de Volkswagen, verán que Golf, como tal, “solo” hay de tres puertas, de cinco puertas, familiar (Variant) y monovolumen Sportsvan.
Eso sí, entre medias del e-Golf (eléctrico) y el Sportsvan verán como está el T-Roc, como el que no quiere la cosa.
El T-Roc, que se fabrica en Portugal, se sitúa entre los Volkswagen Tiguan (ahora también con versión de siete plazas) y Touareg, éste último el SUV más grande de la actual gama todocamino del fabricante alemán.
Hasta que llegue el T-Cross (basado en el Polo), el T-Roc (con 4,23 metros de largo) es el SUV más pequeño en la cartera de Volkswagen.
Está a la venta con cuatro acabados (Edition, Advance, Advance Style y Sport), con una motorización diésel 2.0 TDI de 150 CV y cuatro gasolina (empiezan en el 1.0 TSI de 115 CV y llegan al 2.0 de 190 CV), con caja manual de 6 velocidades o automática DSG de 7 relaciones y con tracción delantera o total 4Motion.
Efe ha probado la versión más potente: la 2.0 TSI de 190 CV, que va ligada a transmisión automática DSG7 y 4Motion.
Tiene un precio de partida de 34.605 euros, una tarifa que permite acceder a algunas versiones de su hermano mediano y que supera a algunas de los modelos de la competencia.
Con el citado motor, el T-Roc es un vehículo rápido en cualquier situación, pero sin llegar a la altura de un Golf Sport con el motor de 150 CV y, menos aún, de un GTI, que ya va por los 230 CV (245 CV si se trata del GTI Performance).
Esa falta de brío que impide ponerle el apelativo de GTI está relacionada con una carrocería menos aerodinámica que en el Golf y una tracción integral 4Motion que le hace ir más pegado a la carretera y, por tanto, ofrecer una mayor resistencia.
A cambio lo que se consigue es mayor aplomo en marcha que un SUV al uso, ya que su altura es menor, de 1,57 metros (unos siete centímetros más que un Golf y seis centímetros menos que un Tiguan).
Esto permite al T-Roc exhibir un comportamiento muy estable en curva gracias al chasis con el que cuenta, a unas suspensiones con un tarado más firme que blando (que restan balanceos a la carrocería) y a un tacto directo de la dirección.
Otro elemento que permite al conductor evitarse sobresaltos en la entrada rápida en curva es el bloqueo electrónico del diferencial (XDS), que transmite presión a la rueda delantera interior para evitar el subviraje.
La pega de este motor es el consumo, que en la prueba realizada por Efe ha sido de 8,5 l/100 km, cuando el mixto que le ha homologado la marca es de 5,7 l/100 km.
De todas formas nadie puede llevarse a engaños, ya que un automóvil de casi una tonelada y media y con motor de gasolina de 190 CV es lógico que tenga un gasto de combustible mayor que un diésel de la misma potencia.
En materia de seguridad activa y pasiva, Volkswagen ha querido destacar en este apartado respecto a sus competidores.
Son de serie en la gama T-Roc los sistemas de frenada anti colisiones múltiples, el control de crucero adaptativo (ACC) con sistema de vigilancia Front Assist, detección de peatones y función de frenada de emergencia en ciudad; el de emergencias Emergency Assist; el de luz de carretera; el de detección del cansancio o el de aparcamiento asistido.
También sale de fábrica con Park Assist (incluida función de frenada al maniobrar), protección de ocupantes proactiva, asistente de marcha atrás con cámara, de cambio de carril Lane assist con sensor de ángulo muerto incluido, para atascos y de reconocimiento de las señales de tráfico.
En cuanto al infoentretenimiento a bordo, ofrece las últimas novedades en cuanto a digitalización y conectividad: Volkswagen Car-Net, información en línea (Guide & Inform) y servicios móviles online (Security & Service).
En las versiones más equipadas la pantalla es de 8 pulgadas y el panel de instrumentos digital es de 11,7 pulgadas.
Estas dos pantallas hacen que cuando se accede al T-Roc la primera sensación que llega a los ocupantes es que se encuentran ante un automóvil en el que prima la tecnología.
Su integración han conllevado un diseño más horizontal y limpio del salpicadero, lo que también redunda en una posición más ergonómica al volante.
El T-Roc introduce un diseño con cierta frescura y toque juvenil
Por lo que respecta al diseño exterior, el T-Roc introduce frescura y hasta cierto toque juvenil a la gama SUV de Volkswagen, que comparte un estilo sobrio que transmite solidez y fuerza.
Es el caso de los dobles faros, que quedan integrados en una parrilla ancha, que queda dividida por un cromado que realza el capó ancho típico de los SUV.
También, en la vista frontal, destaca la banda transversal del parachoques, del color de la carrocería, que integra la luz de conducción diurna LED y los intermitentes.
Lateralmente es donde más se parece a sus hermanos, con una línea de hombros que va ganando en altura según se acerca a la zaga, donde sucede un poco lo mismo con unos faros traseros que van en un posición alta para remarcar la fuerza del vehículo.
En definitiva, el T-Roc va dirigido a un público que busca un coche con carrocería SUV, pero que no quiere renunciar a disponer de un motor de gasolina potente, pero con una entrega bastante lineal y alejado del comportamiento nervioso de algunos GTI.
Con la transmisión automática y la tracción integral es un coche muy cómodo y seguro para emprender un largo viaje, donde además se podrán hacer algunas excursiones fuera del asfalto por disponer de una mayor altura libre al suelo que en un Golf.