ALICANTE. Virginia Sanz Moreno ha publicado su último libro infantil, La Pequeña Princesa. Un libro bilingüe perfecto para aprender inglés disfrutando de la historia. Sanz explica de dónde surgió la idea del libro. “Realmente en ningún momento pensé escribir ningún libro, tras hacer en Murcia un curso para hacer el cuento de tu vida, Érase tu vez, contar el cuento y emocionar a la gente me pareció algo conmovedor y ver parte de tu vida plasmada en cuento es algo muy bonito”, recuerda la autora.
“Surgió sin querer y sin planearlo, pero una vez terminado tenía que salir ilustrado para darle más vida. Es una edición ilustrada de un cuento que se publicó en un libro de cuentos en 2017 (La pequeña princesa y otros cuentos Ed. Espacio para contar)”, remacha. Para esta obra ilustrada ha contado con el ilustrador Darío García. “Con Darío ya había trabajado con el otro cuento que tengo publicado "La sombra de Carlos", y como con él fue muy bien el trabajo, quise repetir porque él sabía perfectamente lo que le estaba pidiendo, es verdad que en algunas de las escenas tuvo que hacer varios bocetos, porque no me terminaba de convencer”, comenta.
Aunque es indudable que el libro luce precioso. “Sin embargo; al final el resultado han sido unas ilustraciones llenas de magia, el toque de color de cada personaje, son dibujos a simple vista sencillos, pero con mucho trabajo”, explica. “Las historias de los dos cuentos son totalmente diferentes, y sus dibujos también, no tienen nada que ver, pero el estilo de él está en ambos trabajos, me gusta que se refleje también un poco de la personalidad del ilustrador”, apunta.
La Pequeña Princesa en un libro bilingüe, algo que le puede dar más salidas, y quizás sea más interesante para comprar. “Cuando decidí que quería sacar el libro ilustrado tuve claro que quería que fuera en los dos idiomas, incluso me planteé también traducirlo a valenciano, pero finalmente deseché esa idea y lo dejé en inglés y castellano”, comenta. A veces realizar este tipo de libros es más complejo de lo que en un primer momento parece. La traducción es uno de los puntos más complicados.
“A la hora de la traducción quería un traductor que estuviera formado en cuentos o libros infantiles, la traductora es española, pero su trabajo también fue revisado por una persona inglesa que es traductora también, casualmente dos mujeres, para poder darle el toque o los giros en algunas frases. En general el trabajo de las dos traductoras fue muy bien coordinado”, dice Sanz.
Escribir historias destinadas a un público infantil puede ser más difícil que las dirigidas al público adulto. Adaptar el lenguaje, las expresiones… “Pues no sé qué decirte, cada cosa tiene su complicación, yo para adultos sólo he escrito relatos cortos, una novela me parece algo complicado y ahora mismo estoy en medio de decidirme a dar ese paso”, señala. “La literatura infantil, como para adultos puede llegar a algunas personas y a otras parecerle que no vale, porque cada uno tenemos nuestros gustos, pero a mí lo que me gusta es despertar en los niños emociones, cuando estás en un colegio contando el cuento y se empiezan a reír o están en tensión porque no saben qué le va a pasar al personaje, eso es lo bonito, sus caras, su emoción, las preguntas que te hacen al terminar, poder contarles detalles que sólo sé yo”, recuerda.
Crear una historia siempre es un proceso exigente, no solo has de saber qué quieres contar, sino cómo, de qué manera. “Las ideas surgen de los acontecimientos diarios, anécdotas que te cuenta la gente, sucesos personales, luego le pones un poco de fantasía y la historia va cobrando forma”, explica Sanz.
Parece que el libro infantil no tiene la relevancia del libro destinado al público adulto. “Bueno, no creo que no se considere a la altura, pienso más bien que son dos cosas totalmente diferentes y no pueden competir lo uno con lo otro”, comenta. “Los cuentos no tienen edad, y sus historias normalmente tratan de enseñarnos algo, mientras que los libros para adultos lo que buscan normalmente es entretener”.
También es que la sociedad está cambiando mucho, y la forma de consumir la literatura de toda clase también parece haber cambiado. “Ahora hay cuentacuentos para adultos que seguramente hace algún lustro era impensable, sí se está cambiando en este sentido, si te gustan los cuentos lo dices, y no pareces un bicho raro, está más normalizado”.
La cultura en la era del Covid es todo un tema a tratar y a analizar en el futuro. “El Covid en general nos está afectando, pero a lo relacionado con el arte parece que un poco más, por lo tanto a los libros también”, dice. “Las presentaciones en librerías o bibliotecas, ese contacto con el público, hay escritores que la parte de la publicidad y las firmas no les gusta, o les parece que no debería formar parte de su trabajo, sin embargo, a mí me gusta relacionarme con los lectores, que me cuenten qué les parece el libro, la historia, yo empiezo otra vez las firmas la semana que viene en Casa del libro de Alicante, y llevo sin poder hacer nada desde marzo, y hasta que se normalice la situación no va a ser fácil para nadie, pero tendremos que adaptarnos”, resume la escritora.
El mundo ha cambiado mucho, y la visión que se tiene de las princesas en la actualidad es muy diferente a la de hace años. “Pues parece que cuando dices princesa te viene a la cabeza una mujer frágil y delicada, mi princesa es valiente y tiene carácter, se va en busca de la bruja sin pestañear, toma sus decisiones, es una princesa que para mí es actual”.
Por suerte la mentalidad está evolucionando. “Es cierto que ahora hay bastantes libros de princesas que quieren romper los estereotipos, yo con mi personaje no pretendía hacer tal cosa, simplemente el personaje fue evolucionando y se convirtió en una princesa moderna y clásica a la vez, me encanta imaginarla con su armadura buscando a la bruja y matándola, o escalando montañas y descubriendo lugares nuevos”, concluye.