ALICANTE (EFE). El conseller de Educación, Vicent Marzà, considera que el metro y medio, la mascarilla y los grupos estables de convivencia son instrumentos contra la pandemia "que han venido para quedarse este curso" y valora el consenso con toda la comunidad educativa para un inicio de curso seguro.
En una entrevista con Efe, Marzà ha explicado que, con la reorganización de los centros, la reducción de alumnos en las aulas, la contratación extra de profesores y monitores de comedor y los protocolos listos, el sistema educativo valenciano está preparado para iniciar el curso "con la máxima presencialidad" y en "cualquier escenario".
"Hay que asumir que el metro y medio, la mascarilla y los grupos estables de convivencia son instrumentos que han venido para quedarse este curso para hacer frente a la situación sanitaria, y que por encima de todo está la salud del conjunto de la comunidad educativa, profesores, alumnos y familias".
El conseller ha agradecido el trabajo de los padres y madres para "llegar a una solución" en el arranque del curso y les ha pedido que estén "tranquilos" porque con estos espacios seguros se podrá controlar un posible caso para "minimizar sus efectos y el contagio a sus compañeros".
Ha recordado que la Comunitat ha invertido más de 207 millones extra en reorganizar centros, comprar material sanitario y contratar a unos 5.000 profesores y 3.000 monitores de comedor, y ha resaltado la apuesta por la digitalización, en previsión de que "la pandemia vaya a peor".
Se han gastado 33 millones para comprar 30.000 tabletas con conexión a internet, licencias y mejora de las plataformas para que tengan mayor utilidad y que se puedan dar clases "online", haya videoconferencias y los alumnos "sigan las clases con su horario habitual" como si estuvieran en el aula.
En educación Infantil, Primaria y primero de ESO, los alumnos estarán de forma "cien por cien presencial", mientras que en el resto de Secundaria y Bachillerato podría ser en "días alternos" en función de las necesidades de cada centro.
Respecto al uso de mascarilla, ha puntualizado que será obligatoria para todos los profesores, salvo los de los grupos estables de convivencia (burbujas), aquellos en los que es imposible que no haya interacción y mantener la distancia, que será voluntaria.
Ha detallado que para los niños de hasta cuarto de Primaria "no es necesaria", como tampoco para los mayores "siempre que estén en su pupitre y a metro y medio de distancia", aunque "en el momento en que se levanten de la silla para desplazarse dentro del centro, deberán llevar mascarilla".
Marzà ha indicado que se podría obligar a su uso "si así lo determinan las autoridades sanitarias", cuyos criterios han primado en la reorganización de los centros y las medidas implantadas para el inicio de curso.
Ha explicado que para evitar la masificación, la entrada de los menores a los colegios se hará por diferentes accesos y, al igual que las salidas y las estancias en los patios y zonas deportivas, se hará en horarios escalonados, con las filas que sean necesarias y sin el acompañamiento de los padres.
En el caso de que haya un escolar con síntomas compatibles con coronavirus, el protocolo establece que su profesor lo acompañará a los "espacios covid" habilitados en los centros para permanecer aislados y se avisará tanto a la familia como a las autoridades sanitarias, que determinarán los pasos a seguir.
Ha adelantado que preparan una web donde van a desgranar el protocolo acordado con Sanidad para el inicio del curso y que permitirá a profesores y padres consultar las preguntas más frecuentes y resolver cualquier duda que les pueda surgir en el día a día.
Según Marzà, en la Comunitat Valenciana han trabajado "desde el primer día "con conexión" con toda la comunidad educativa, desde profesores, sindicatos, patronal, centros y padres, a quienes ha agradecido su trabajo "ingente" para llegar a un acuerdo para el inicio del curso 2020-21 el próximo 7 de septiembre.
"Eso es el ejemplo de que es posible afrontar la pandemia desde un punto de vista unitario y de servicio público, y por esto llegamos a un consenso para el principio de curso con una organización que da respuesta a los diferente escenarios", ha dicho.
No obstante, ha advertido de que "será un año difícil por mucho consenso que tengamos y muchos instrumentos extraordinarios que hayamos movilizado", y ha añadido que, aunque están "preparados", en algún momento "habrá que cerrar algún colegio o una clase presencial de un grupo determinado".
"Tenemos que aceptar la realidad; es una situación muy compleja y hay que dar soluciones para lograr equidad y seguridad en las aulas", ha agregado, a la par que ha asegurado que "nadie va a dar la solución desde un despacho".
Marzà está en contacto con consejeros de otras comunidades, con quienes ha compartido sus protocolos y soluciones, y en la próxima reunión de la ministra de Educación y el ministro de Sanidad con las autonomías va a trasladar que "es importantísimo trabajar con el conjunto de la comunidad educativa, tener una actitud de escucha activa y movilizar de forma extraordinaria más recursos".
"Hay que colaborar desde la crítica constructiva, desde la disparidad de opiniones pero intentando poner en el centro lo que es más importante, que nuestros niños y niñas vuelvan al cole, que tengan un espacio seguro y puedan seguir aprendiendo, a pesar de esta maldita pandemia", ha sostenido.