TRIBUNA INVITADA / OPINIÓN

Ver el mundo con los ojos de un programador

10/01/2022 - 

El 2016 se estrenó "La llegada" una película que tuvo gran impacto, para muchos es una obra cumbre de la ciencia-ficción. Planteaba los esfuerzos por comunicarse entre unos alienígenas que habían aparecido en la Tierra en 12 extrañas naves y un conjunto de humanos dirigidos por una lingüista y un científico. Todo esto ante la suspicacia de los militares que tenían rodeadas las naves y que no se fiaban. Por suerte fue una película que no se resolvió a tiros como tantas otras, sino con la magia de la comprensión entre unos y otros a través del entendimiento de su lenguaje.

La tesis a la que se adhiere este relato es que existe una estrecha relación entre el lenguaje, el pensamiento y la realidad. De este modo, sumergirse en un determinado lenguaje puede modificar la estructura y la función del cerebro. Un artículo de Investigación y Ciencia con el título “La llegada o cómo el lenguaje construye realidades” lo explicaba relacionándolo con la hipótesis de Sapir-Whorf en el campo de la neurolingüística y que afirma que "la cultura, mediante el lenguaje, afecta a nuestra manera de pensar, en especial nuestra forma de clasificar el mundo que percibimos".

En la película, la comprensión del lenguaje alienígena permite a la protagonista cambiar su manera de percibir el tiempo de lineal a cíclico (que es como lo conciben los alienígenas), trastocando sus concepciones de pasado, presente y futuro. Ese cambio es precisamente el regalo por su esfuerzo por comprender el lenguaje del otro. El lenguaje además de influir en el pensamiento y en la percepción, contribuye a que los interlocutores construyan realidades compartidas.

Llegados a este punto sería muy fácil hacer el chiste de que los desarrolladores son como alienígenas para los directivos y en cierto modo así es. Los directivos de las empresas necesitan urgentemente crear software para evolucionarlas, ellos se han formado en una cultura con otro lenguaje y ven el mundo con otros ojos. Por su parte la programación hunde sus raíces en la contracultura americana de los años 60 y 70. Steve Jobs es un buen ejemplo para ilustrar esta tesis. Hay mucho de la contracultura hippie en la industria informática. Pero como todas las contraculturas ha sido incorporada a la cultura dominante en la sociedad y en el camino ha traído muchas innovaciones.

Aunque los lenguajes de programación no son un lenguaje natural, como el inglés o el español, sino formales, el resultado es el mismo. El modo en que percibe el mundo un programador, su convicción de que todo es susceptible de ser cambiado con software, proviene del uso de esos lenguajes y de que la base de nuestra sociedad es ya digital.

El entendimiento de esto hará que los directivos compartan esa misma realidad y ese optimismo con ellos. 

El diálogo  entre ambos producirá el mismo efecto que el que produjo en Louise Banks, la protagonista de "La llegada": entender el lenguaje de los alienígenas y crear realidades compartidas.

Oscar del Río. Fundador y CEO de Interacso