MADRID. Sí, está bien escrito, aunque la frase original -'vende con la noticia y compra con el rumor'- sea totalmente opuesta. Pero en este caso, viendo cómo se han comportado los mercados tras la decisión de tipos de interés y política monetaria de la Reserva Federal (FED), es lo que se traduce.
Los mercados financieros han cambiado el foco al otro lado del charco tras la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), cuando Christine Lagarde daba una patada hasta diciembre para ser parte activa en la coyuntura económica actual. Un mensaje que se tradujo en que 'hasta que la FED no haga nada, nosotros tampoco nos vamos a mover'.
Se empezó a especular que de las tres posibilidades (dovish, neutral o hawkish), la adopción de una política conservadora, que implica subidas de tipos, estaba tomando la delantera frente a las otras dos opciones. Se observaron consolidaciones en los mercados de renta variable, una corrección en las materias primas con carácter general e incluso un proceso correctivo en el eurodólar más intenso que de costumbre. Y así quedó el escenario antes del comunicado del miércoles pasado, y la conferencia de prensa posterior, del presidente de la FED Jerome Powell.
Sentimiento negativo del BCE
Pero nada más lejos de la realidad, el sentimiento negativo que dejó el BCE -que parecía indicar que quizás la FED tuviera algo nuevo que contar- acabó quedándose en agua de borrajas. Ello a conciencia de que este mes de noviembre se iba a iniciar el proceso de reducción de compras o 'tapering' en 15.000 millones de dólares mensuales, a razón de 10.000 millones en bonos estadounidenses y 5.000 millones en los bonos respaldados por hipotecas o MBS (mortgage backed securities). Lo que no estaba claro es si Powell daría fechas de manera explícita sobre cuando se incrementarán los tipos de interés.
Finalmente, y de nuevo, 'Jay' Powell se apresuró a indicar que “todavía no es momento de hablar de subidas de tipos de interés”. Sabiendo perfectamente que tendrá que hacerlo más pronto que tarde y que ello iniciará la próxima recesión económica. Pero ahora no interesa. Y a pesar de que había un hilo de esperanza con el Banco de Inglaterra, otro de los grandes bancos centrales que tenía programada su decisión y que podría subir los tipos de interés, finalmente tampoco sorprendió y el cambio libra-dólar corrigió con fuerza. Sin embargo, el Banco de Inglaterra sí comunicó algo diferencial y es que los tipos “deberán subir en los próximos meses para cumplir con los objetivos de inflación”.
Nada nuevo. Tendremos que esperar a diciembre para volver a prestar atención a la política monetaria, que coincidirá con la negociación en el Congreso de EE UU del techo de gasto y la rotación de las carteras de inversión con la última cuádruple hora bruja del año de cara a afrontar lo que se nos viene encima en 2022.
Darío García es analista de XTB