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la nave de los locos / OPINIÓN

¿Vas a votar al partido de los borjamaris?

Foto: EDUARDO PARRA/EP

El discreto Alberto, bendecido como presidente en las encuestas, se quita la careta. Empieza a desvelar sus cartas. No le hace ascos al aborto ni al feminismo. Va de laico y moderno. Su PP será la cara B del PSOE.        

20/02/2023 - 

En València hay gente que se divierte, con un gin tonic en la mano, en las frías noches de febrero. Si esa gente reside en el Ensanche, votará, casi sin excepción, a las temibles derechas.

Hace dos fines de semana me encontré, en una terraza del Ensanche, a un buen amigo y compañero estajanovista. En una breve conversación me confirmó lo que yo intuía: hay un desplazamiento del voto de Vox al PP. Como el hijo pródigo, esos votantes conservadores vuelven a la casa del padre. Se arriman al que piensan será el caballo ganador en las elecciones de este año. En mi entorno conozco a personas que harán lo mismo.

¿Detecto ilusión, curiosidad o esperanza en el nuevo PP de toda la vida? Yo diría que ninguna. Ese trasvase de votos, bendecido por los medios conservadores, obedece a una razón: acabar con la tiranía impuesta por el Gobierno de Dorian Gray. A esta gente —a mí incluso— le da pavor la mera idea de que el presidente fake continúe en el poder otros cuatro años, con el auxilio envenenado de las tres brujas de Macbeth,  representantes de la extrema izquierda capitalista.  

Elías Bendodo, Alberto Núñez Feijóo, Cuca Gamarra, Íñigo de la Serna y Borja Sémper en la reunión del Equipo de Campaña para las próximas Elecciones, en la sede del PP. Foto: JESÚS HELLÍN/EP

Como buen gallego, el astuto don Alberto ha sabido leer el signo de los tiempos. Mató al joven Casado en el momento oportuno, ni un minuto antes ni un minuto después. Le avalaban cuatro mayorías absolutas. No necesitó que lo votaran en un congreso; fue, sencillamente, aclamado por una mayoría a la búlgara. A Madrid llegó todavía envuelto entre las brumas de su país gallego, sin intención de desvelar sus cartas al enemigo.

Madrid sucio, brillante y hambriento

Se ha cumplido casi un año desde la llegada del discreto Alberto a un Madrid sucio, brillante y hambriento que hace picadillo a sus mejores hombres y mujeres, un Madrid donde el alquiler de una habitación cuesta 600 euros y las ratas son una especie protegida. Era ya hora de desvelar su estrategia eligiendo a su equipo de confianza y apostando por unas determinadas ideas.

Un humilde cronista que escribe desde el fin del mundo le agradece a don Alberto estos gestos de claridad argumentativa en un discurso que pecaba de cierta ambigüedad. Así sabemos a qué atenernos. Ya no cabe duda de que el PP aspira a ser un partido centrista, centrado y centrante; el partido de la moderación, la concordia, el consenso, un partido inodoro, incoloro e insípido, laico y modernete. Nada queda ya del partido macho de Fraga Iribarne.

El portavoz del comité de campaña del PP, Borja Sémper. Foto: ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ/EP

El discreto Alberto, decíamos, con la clarividencia que sólo poseen los búhos galaicos, se ha rodeado de un equipo de hombres y de alguna mujer (la inefable Cuca, más cerca del PSOE que de Vox, ¡ay!) para llevar a cabo sus planes. Casi todos fueron criaturas amamantadas por la menina que ejerció de vicepresidenta hace unos años. Son jóvenes, modernos,  pragmáticos, ajenos a cualquier extremismo, viejos niños bien a los que se les reconoce por sus maneras suaves. Son los borjamaris: Borja Sémper, Javier Maroto, Íñigo de la Serna, Elías Bendodo, ¡hasta el clown de Rafael Hernando!

Conformado su equipo de confianza, que podría encajar perfectamente en un partido socialdemócrata, el discreto Alberto ha emprendido su cruzada particular en la batalla cultural. Con el catecismo de la Agenda 2030 bajo el brazo, se nos ha hecho pro-abortista a plazos. Además quiere abrir el partido al “feminismo moderado” y puede que lo veamos subido a una carroza en la Semana del Orgullo.

PP y PSOE, almas gemelas

Es muy respetable esta estrategia de coquetear con la ideología de género, pero cabe preguntarse cuál es la diferencia entre este PP y el PSOE. La única que aprecio es que los de la derecha finolis saben sumar y restar, y cuadran las cuentas, y los segundos no.

Alberto Núñez Feijóo (i) y el presidente del PP en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón. Foto: ROBER SOLSONA/EP

“Los votantes de derechas priman la expulsión de Dorian Gray a los infiernos —su lugar natural— sobre cualquier otra consideración”.

No obstante, el giro al centro del PP viene avalado por las encuestas. Presiento que le saldrá bien. Don Alberto supera los 130 escaños en todas, salvo en las perpetradas por el doctor Tenazas. Los votantes de centroderecha priman la expulsión de Dorian Gray a los infiernos —su lugar natural— sobre cualquier otra consideración.

Pero tú, lector conservador, que aún tienes principios, tú, lector de derechas, que deseas una alternativa, y no sólo una alternancia, al actual Régimen en avanzado estado de putrefacción, ¿harás de tripas corazón votando al partido de los borjamaris?

Monseñor Monilla, con la lucidez emanada de su magisterio, tiene claro que lo hay que hacer. Es de los escasísimos prelados que habla fuerte y claro. Pero tú, descendiente de católicos desde los tiempos de Witiza, dudas aún sobre el camino que has de tomar: si el del pragmatismo —ver a las desagradables chicas de Igualdad en la cola del paro— o tus principios, por ejemplo, la defensa del derecho a la vida.

Tienes tres meses para decidirte. Busca una señal en el cielo que te haga ver la luz.  

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