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Entrevista al presidente del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar

Vallejo (Ivefa): "Puig siempre nos promete bonificar Sucesiones, pero Compromís no le deja”

Francisco Vallejo, Ivefa, empresa familiar,
23/10/2022 - 

VALÈNCIA. La coyuntura económica actual, con una inflación disparada, está poniendo en jaque a las empresas. Un escenario incierto que ha llevado a muchas compañías a dejar en el aire inversiones y tener que acometer planes de contingencia para sobrellevar los nuevos sobrecostes. Bien lo sabe Francisco Vallejo, presidente del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (Ivefa), quien, sin embargo, destaca la fortaleza del tejido empresarial valenciano. "Aún hay una actividad bastante buena a nivel de comercio y servicios", asegura.

Y, en medio de esta tormenta, la empresa familiar valenciana, que representa más del 91% del tejido industrial de la Comunitat Valenciana, vuelve a exigir que se eleve al 99% la bonificación en el impuesto de sucesiones de transmisión de empresas de más de 10 millones de facturación. Una exigencia que, sin embargo y pese a que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, va a anunciar este lunes su reforma fiscal, no creen que llegue a ser una realidad este año. 

También, piden a la clase política que no estigmatice la figura del empresario, sino que se les tenga en cuenta porque son ellos "generadores de riqueza y empleo". "No se tiene que ver al empresario como un señor con chistera, puro y traje negro. Ahora es más joven, femenino y más colaborativo", reivindica Francisco Vallejo.

La organización celebrará el próximo martes 25 de octubre su 25 aniversario con una jornada en el Palacio de Congresos en la que está prevista la asistencia de unos 800 empresarios valencianos, así como representantes del tejido económico, político y social de la Comunitat Valenciana. Un aniversario en el que la profesionalización de las organizaciones y la sucesión familiar marcarán la nueva hoja de ruta.

Foto: EDUARDO MANZANA

-Primero fue la crisis del coronavirus y ahora llega la invasión de Ucrania con sus consecuencias, principalmente la escalada de precios de la energía.¿Cómo se encuentra la empresa familiar valenciana?

-Hay una incertidumbre y una inquietud tremenda. Todos estamos padeciendo muchísimo la subida de los costes de las materias primas. Sin embargo, afortunadamente, por ahora aún hay una actividad bastante buena a nivel de comercio y servicios. Además, ha habido una temporada turística muy buena con trabajo. Salíamos muy bien y con muchísimas ganas después de la pandemia y con los fondos europeos teníamos una ilusión tremenda, pero todo esto nos ha frenado.

-¿Las compañías han tenido que tomar medidas de contención para sortear la situación?

-Desde hace unos meses la inversión se está paralizando. La incertidumbre nos lleva a decir ‘espérate’ y vamos a dejar pasar unos meses a ver si se arregla. Por tanto, lo que íbamos a hacer, no lo hacemos ahora y llegará dependiendo de cómo vayan las cosas. Si va peor, ni lo hacemos. Todo esto va a conllevar una paralización de las inversiones, una reducción de gastos que puedan ser superfluos y esperemos que lo último que lleguen sean los ERE o ERTE, aunque esta semana en el azulejo sí que se han anunciado varios en empresas que ya no pueden funcionar.

-¿Entonces por ahora los ajustes en las plantilla se han podido contener?

-Los últimos resultados del paro del mes de septiembre aún fueron positivos. Eso es una de las principales diferencias de esta crisis con otras, que, al menos, ahora hay un paro bastante bajo en relación con otras épocas. También sabemos que hay un nivel de ahorro bastante importante de las familias y las empresas que no están endeudadas y tienen liquidez. Por tanto, aún se sigue manteniendo actividad económica suficiente. De hecho, este año se prevé que España crezca.

Además, a diferencia de la crisis del 2008, lo más importante es que el endeudamiento de las empresas es muchísimo más bajo. Por ejemplo, en mi empresa pasamos de un endeudamiento del 30% de la facturación en 2008 a un 8%-9% que estamos actualmente. Eso te permite ver el horizonte más fácil porque tienes más liquidez y puedes ir al banco y pedir más líneas… Estamos en un momento de incertidumbre total en el que, tras la pandemia, todos pensábamos que iba a ir bien y al final no.

-¿Y hasta cuándo se puede aguantar esta situación?

-El dinero y las empresas son miedosas. Si la situación actual se mantiene meses, creo que la gente se retraerá bastante. Si los procesos de inversión se frenan todos de golpe al final entre todos iremos frenando la economía.

Foto: EDUARDO MANZANA

-¿Existe riesgo de cierres de empresas en el corto plazo o se resiste la coyuntura actual?

-El otro día leí que habían aumentado los concursos de acreedores un 20%, pero hay que ver desde qué cifra venimos porque si lo hacemos de una muy baja, el 20% sigue siendo bajo. Hay que ver el valor absoluto. Evidentemente en todas las crisis existen esos riesgos y hay ganadores y perdedores. Forma parte de la vida de las empresas: unas se cierran, otras se abren. Los sectores que no estén bien estructurados ni bien capacitados pueden estar en problemas y eso forma parte de la evolución de las especies.

Es lo mismo que pasa con los tipos de interés. Ahora estamos en el 3% y nos parece mucho porque hemos estado en negativo durante muchos años. Cuando entré en mi empresa, los tipos estaban al 14% y pagábamos un pronto pago del 3%. Se fue bajando y lo normal, ya en la última época y antes de que el dinero fluyese gratis, era de hasta el 3-4%. Por tanto, muchas veces hay que relativizar porque a lo mejor estábamos muy acostumbrados a vivir muy barato y no sé cuánto de sostenible es estar financiado tan barato.

"Hay mucha avidez en empresas que estén bien posicionadas para ser adquiridas"

-En estos tiempos, ¿se ha despertado un mayor 'apetito' de capital extranjero por entrar en empresas valencianas? 

-Hay una avidez muy grande de intereses de capitales y fondos de inversión extranjeros en empresas de todo tipo. Es difícil que hables con un empresario consolidado y con una buena empresa al cual no le haya llegado una propuesta para hablar de un capital industrial o de fondos de inversiones. Durante estos años ha habido grandísimos capitales con muchísimas necesidades de inversión y que están pagando múltiplos muy importantes. Entonces, lo que detecto es que hay mucha avidez en empresas que estén bien posicionadas para ser adquiridas.

-¿Y el empresario valenciano está dispuesto a darle entrada?

-Los empresarios valencianos somos muy nuestros porque defendemos la empresa familiar muy fuertemente. Estamos muy arraigados y nos cuesta mucho compartir y colaborar con otras empresas de sectores parecidos. Por tanto, cuando llegan fondos de inversiones para entrar en el capital de una empresa en minoría somos muy reticentes, aunque hay casos de éxito que las ha hecho crecer. Una de las cosas que nos pasa al empresario valenciano es que nos cuesta coger tamaño porque colaboramos mal y porque difícilmente damos entrada a capital para hacer crecimiento. Pero entiendo que esté ese miedo porque a nadie nos gusta que nos digan cómo hacer las cosas en nuestras empresas.

-En la pandemia se agilizaron muchos procesos, especialmente la transformación digital. ¿En estos años se ha acelerado el relevo generacional en las organizaciones?

-Las empresas buenas y potentes sí que han mejorado y el fundador o la generación anterior sí está dejando paso a los siguientes. Se está pasando de morir con las botas puestas hasta los 80 años y evitando que se produzca el 'efecto del príncipe Carlos de Inglaterra' de heredar cuando el padre ya no puede hacer nada más. El empresariado valenciano en los últimos años se ha dado cuenta de que las generaciones venideras vienen más formadas en temas de digitalización y sostenibilidad porque están más formados y tienen más capacidades. Por tanto, se está dando cuenta y lo está haciendo. Ya hay muchas transiciones que se hacen muchísimo antes. El caso de Isabel II y el Príncipe Carlos lo hemos superado y se va delegando cada vez más. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-Una de las principales reivindicaciones de Ivefa es la bonificación al 99% del impuesto de Sucesiones de transmisión para las empresas de más de 10 millones de facturación. Se trata de una medida que el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, les ha prometido en varias ocasiones. ¿Cree que en la reforma fiscal que el lunes va a anunciar estará incluida?

-Este es un tema que está bastante entendido y asumido incluso por todos los agentes del Consell. El 'president' Puig lo dijo en las anteriores elecciones, a nosotros en la Asamblea de Ivefa, a mí me lo dijo personalmente, se lo ha dicho a AEFA -Asociación de la Empresa Familiar de Alicante-, y a la CEV, pero cuando llegó el momento se hizo solo para empresas agrícolas y las que facturaban menos de 10 millones de euros. Se nos llena la boca de decir que tenemos que tener empresas muy competitiva y muy grandes, pero cuando tienes una empresa que factura más de 10 millones haces que sea menos competitiva. Es una incongruencia que unas sí y otras no, pero el cambio dependerá de si Puig gana las elecciones y de si le deja Compromís, en el caso de que gane. El 'president' lo ha dicho varias veces, pero lo que haría falta es que lo cumpliese. 

También lo ha asegurado por activa y por pasiva el PP, que ha dicho que en el caso de que ellos llegasen al poder lo harían. Para nosotros es un tema de competitividad, por lo que espero que que con las próximas elecciones esta incongruencia se acabe y que estemos todos igual.

"Se nos llena la boca de decir que tenemos que tener empresas muy grandes, pero a las de más de 10 millones las haces menos competitiva"

-¿No cree entonces que se vaya a incluir en la reforma fiscal? El conseller de Hacienda, Arcadi España, en una entrevista con este diario dijo que "se estaba trabajando en distintas alternativas con los socios de gobierno".

-El conseller Arcadi España es precisamente del ala más pragmática del Consell y esto lo ve, pero no creo que se haga este año.

-¿El problema es Compromís?

-Hasta ahora ha sido Compromís. El 'president' lo dijo antes de las elecciones, en la Asamblea de Aefa e Ivefa, una vez ganó las elecciones y lo ha dicho siempre. Por tanto, entiendo que si lo dice siempre y no se hace es por los socios, que para unas cosas dan apoyo, pero para esto no.

-¿No cree entonces que se vaya a modificar ahora? 

-Me sorprendería mucho que se cambiase en esta legislatura. Lo veo casi más en la siguiente. Queda muy poco para elecciones. Sí que es verdad que si el PP se va acercando al PSOE en intención de voto, cuando lleguen las elecciones esto va a ser un tema que estará encima de la mesa porque el 91% del tejido empresarial valenciano somos empresas familiares. Por tanto, es bastante fácil que ambos tengan la misma propuesta o muy parecida en el programa electoral porque ya lo tenía el PSOE.

-¿Existe alguna otra reivindicación a la Administración Valenciana?

-Que nos mejore la burocracia. A nivel impositivo lo que hay es un sistema farragoso, grandísimo y con tropecientos impuestos. Está clarísimo, y más en una situación como la actual, que el que más gana tiene que pagar más, pero es que llega un momento que te metes en unos vericuetos... Por ejemplo, con el impuesto a las grandes fortunas o el patrimonio. La Constitución dice que los impuestos tienen que ser progresivos, pero también dice que no pueden ser confiscatorios. Patrimonio fue un un impuesto que se impuso en el año 1977 de forma extraordinaria y se suponía que se tenía que quitar. Por mucho que se diga que es muy poco, es que ese patrimonio ya ha pagado IRPF, Sucesiones, IBI, impuesto de lujo, IVA si es un inmueble.… Está claro que la fiscalidad tiene que ser progresiva, pero también justa. Nos hemos metido en una dinámica en la que, como estamos con un problema de inflación, lo fácil es decir que los empresarios no queremos participar en esto y eso no es cierto. Por tanto, lo que pedimos es que se nos tenga en cuenta porque no estamos en contra de nada y somos una parte importantísima de la sociedad que estamos para apoyar. A veces escuchas cosas que parece que estamos en el siglo XIX todavía.

-¿Cómo valora las medidas del Gobierno y ese impuesto a las grandes fortunas?

-Al final es meter un impuesto de Patrimonio. Aquí en la Comunitat Valenciana como está ese gravamen no influye, pero sí lo hará en Madrid y Andalucía que lo habían quitado. Al final es decir: 'por narices hay Patrimonio'. Nos han dicho que es transitorio y para dos años, pero las cosas transitorias de este país me las conozco yo. El anterior es de 1977. Y, aunque se dice que solo va afectar al 0,1%, si existe la posibilidad de que venga a España una empresa se lo estás poniendo más difícil porque le estás diciendo vete a Irlanda o a Portugal y no la montes aquí.

"Las Administraciones tienen que tener en cuenta a los empresarios como un elemento generador de riqueza"

-¿Cree que la figura del empresario sigue estando denostada?

-Nosotros somos los primeros que tenemos que hablar con orgullo de que somos empresarios y que tenemos empresas cada día más potentes, más grandes, más competitivas y que generan más empleo y riqueza, que repercute en que se generen más impuestos para pagar el Estado del Bienestar. Somos un elemento más y no se nos tiene que ver como un señor con chistera, puro y traje negro. Ahora el empresario es más joven, más femenino y más colaborativo. Los últimos meses hemos vuelto otra vez a escuchar cosas que no tienen mucho sentido. Por tanto, pido a las Administraciones públicas que se nos tenga en cuenta como un elemento fundamental de la sociedad y generador de riqueza.

Foto: EDUARDO MANZANA

-¿Los fondos europeos están llegando a las pymes?

-Creo que no están llegando a casi ningún sitio. El mayor problema que tenemos es que se tiene poca capacidad de vertebrar este tipo de fondos. Los que están claros están muy claros. Si hay que hacer algo a Volkswagen, se hace, pero otros temas ligados a la sostenibilidad y la formación deberían de llegar a las empresas más abajo y al consumidor final y no se están produciendo.

-Ivefa cumple 25 años. ¿Cuáles son los retos a futuro de la organización?

-Cumplir otros 25 años más. La asociación está más viva que nunca. Se montó en el año 1997 y estuvo muy lejos del socio, pero en los últimos años se ha trabajado muchísimo para estar a su lado. Hemos pasado de 140 socios en 2018 a 250, es decir, unas 500 empresas. Tenemos una lista de 18 patrocinadores como CaixaBank, Sabadell, Banca March o Caixa Popular que nos apoyan siempre. Y también partners y colaboradores de todo tipo que nos dan mucho servicio. Hemos rejuvenecido mucho la asociación y se ha feminizado mucho. Estamos más vivos que nunca y con la idea de seguir creciendo. 

"Es importante que en los puestos directivos estén los mejores independientemente del apellido"

-¿Qué objetivos se ha marcado?

-El empresario es poco dado al asociacionismo porque, por un lado, piensa que pierde el tiempo, que tienen mucho que hacer y que no le va a aportar nada porque hay muchas asociaciones que son zombies. Esas tres ideas hay que quitarlas. La asociación tiene que ofrecer valor y esta asociación cada día hace más cosas para el socio. Aquí se hace networking y se establecen posibles negocios, oportunidades y clientes. El foco ahora lo queremos poner en la profesionalización para que se trabaje activamente para que en los puestos directivos estén los mejores independientemente del apellido. Es importante que las empresas sean potentes y llevadas por los más capaces y no tanto la sucesión porque, aunque la transición se haga muy bien, si la persona no es profesional la empresa se hundirá. 

En cuanto a tamaño, hay un gap que nos falta y es que determinado empresariado familiar grande se acerque a nosotros. El problema es que considera que no nos necesita. Y eso es posible porque tiene todas las posibilidades, pero la sociedad sí que los necesita. Por tanto, sería importante que cuantos más empresarios grandes e importantes se unieran mejor porque transmiten más los valores a las pymes. La asociación no es por lo que vamos a aportarle, sino por lo que redunda en la sociedad. Se trata de que vengan a dar, más que a recibir. 

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