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el sur del sur / OPINIÓN

Valentía y persuasión

16/08/2020 - 

Si la segunda oleada la esperábamos para octubre, creo que está aquí. La están sufriendo algunas comunidades autónomas, algunos países, que comienzan a decretar las medidas con las que hace 15 días nos irritó Boris Jonhson. Esta semana hemos sabido que el touroperador TUI (y otros) ha cancelado todas las operaciones con España, a excepción de las Islas Canarias. El sector turístico ve de nuevo los nubarrones: la esperanza de recuperar al cliente internacional, por el momento, se ha esfumado. No nos queda otra: confiar en el poder de persuasión de nuestros destinos, y que la  gente siga siendo valiente.

Con el tiempo veremos si esta batería de medidas adoptadas sobre el ocio nocturno y la hostelería, con el cierre anticipado, e impedir fumar en espacios públicos si no se cumplen las distancias de seguridad es eficaz, si ha llegado a tiempo, o, en algunos casos, como en València, debió aplicarse con antelación, con la aparición de los primeros casos.

Lo que sí que confirma la medida, aprobada entre el Gobierno y las comunidades autónomas, es un portazo a la singularidad, que quizás hubiera permitido más flexibilidad en determinas territorios. El Ministerio de Sanidad, con los hechos consumados, ha coordinado una medida que nos condena todos por igual, pese a que algunas zonas están mejor. Bienvenida sea si el resultado también es global para todos.

Ahora bien, aunque la temporada se ha puesto de canto, y que algunos hoteles cierren de manera anticipada en septiembre, no creo que todo esté perdido. El cliente de proximidad está ahí; ha sido la tabla de salvación de la Comunitat Valenciana en muchas ocasiones: por la cercanía, pero también por la calidad del paisaje, de los servicios, por la movilidad -ahora tenemos una AP7 que es gratuita-, por la gastronomía y, sobre todo, por la seguridad. Ahora, es cuestión de que los poderes públicos incidan en esa persuasión de que pasar las vacaciones en la Comunitat Valenciana sigue siendo una garantía de muchas cosas, y que se utilice la experiencia del cliente como muestra para convencer a aquellos que tienen dudas, de que hay múltiples alternativas, que se todavía se puede disfrutar de la mayoría de las cosas y que quizás ahora, por las circunstancia, de una manera más sosegada, tanto en el litoral como en el interior.

Debemos aprender de esta experiencia. Lo he dicho en anteriores opiniones. Y aprender significa poner en valor el valor la proximidad, la cercanía y el territorio, que nos pueden ayudar a amortiguar el temporal, quién sabe si hasta septiembre, cuando vuelva a salir el sol, al menos, para el turismo internacional touroperizado.

Este nuevo panorama nos deja algunas conclusiones: ningún tipo de turismo es prescindible, ni ninguna zona. Por ejemplo, el turismo residencial se ha convertido en una válvula de escape para las vacaciones de mucha gente, así como las zonas de interior o los campings; que todo sea mejorable, siempre; a la clase política le sigue faltando anticipación en algunas medidas: en este contexto, el miedo a la recaída siempre es peor, así que quizás las restricciones en el ocio nocturno y control de consumo de alcohol en las vías públicas debieron darse antes. Los contratiempos surgidos en el principal sector económico sólo se salvarán con persuasión y convencimiento de que la Comunitat es una zona segura, y valentía de aquellos que tiene la seguridad de eso. Lo más fácil es quedarse en casa, cuando uno puede ir de vacaciones si cumple las medidas sanitarias y de seguridad. Esto pasa por nosotros. 

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