Vinça es el proyecto de otro proyecto, Tasta’l d’ací, y consigue, a través de la gráfica de Àfrica Leiva y el ilustrador cubano Miguel Monkc, recuperar una parte de la memoria gustativa y cultural valenciana.
Xavier Benavent es uno de los impulsores de Tasta’l d’ací junto a Martina Monllau. Explica que el proyecto Vinça surge porque “desde hace mucho tiempo, Tasta’l estaba persiguiendo cómo crear unas cápsulas de memoria gustativa valenciana con historias que nos llamaban la atención y tenían que ver con nuestra gastronomía, manera de ser y de comernos la vida. Historias que, desde un punto de vista contemporáneo, parecen oníricas, incluso fuera de la realidad que podemos vivir en estos momentos, pero que no hace demasiado tiempo que acontecieron aquí, en nuestro país”.
“Como suele pasar con los proyectos, en este, fuimos saltando a otros intereses que tenían que ver también con la comida. Un poco empachados de la época covid, queríamos encontrarnos con nuestros gustos, olores y colores en la calle. Por eso comenzamos también a meter las narices en el mundo de las ferias y acontecimientos gastronómicos”. Esta necesidad de volver al mundo exterior a través de la comida se aprecia en Vinça.
La pregunta es: ¿cuál es el motivo de que sea necesario hacer una memoria gastronómica valenciana? “No sabemos si es una tendencia de la sociedad moderna, pero hay un fuerte reduccionismo cuando se quieren etiquetar cosas. En cambio, cuando nosotros hablamos de cocina o de memoria gustativa valenciana, luchamos por conservar toda la diversidad y variaciones que posee, por muy locales que sean, son una muestra de cómo nos sentimos y son una revuelta de raíces muy profundas que eran más comunes antaño. Hay cierto monopolismo y reduccionismo en los clichés de la cocina valenciana. Nosotros queremos rehuir, es una obligación para salvaguardar toda nuestra riqueza, heredada de nuestros ancestros.