Massi Velledove y Luis Baselga lideran cocina y sala con juventud y dinamismo. Fui a Smoked Room por conocer en primera persona ese humo que se ha expandido por redes y por tantas bocas. Cierto es que en mi visita no probé el wagyu ni las angulas. También llegaban algunas elaboraciones muy especiales como el néctar de tomate asado, tomate cereza y shiro kombu o el dashi de tomate cítrico.
Smoked Room es un concepto disfrutón, que ofrece una experiencia puramente hedonista con productos exclusivos. Las horas allí pasan como segundos. Son un total de diez personas para 14 comensales, local único, muchos procesos y más que hay detrás para conseguir una experiencia de usuario de 10. Una vez me preguntaron si los gastronómicos cuestan realmente el precio que pagas. Poco se sabe de las horas de trabajo, de los procesos creativos, de la investigación, incluso de producto y todo lo que comporta la materia primera.
Este concepto omakase ha generado tanto impactos positivos como recelo en el sector. Una vez más, con este hecho se abrió la puerta a cuestionar los criterios de las guías para alumbrar más a unos que a otros. Aunque estas estrellas no son todo el éxito que uno pueda cosechar, bien han alumbrado el negocio de Dani García. Se les ha criticado por subir en 45 euros una cuenta que apenas podría cubrir gastos inicialmente, una vez validados por la Michelin. Y, aunque el éxito no solo son las estrellas, sí contribuyen al marketing que al final es una inversión. No nos engañemos, no existen las tres B. Siempre se acaba pagando por algún lado y más si merece la pena.