Valencia Plaza

el muro

Recuperar memoria

  • Eduardo Bort, sentado en el recibidor del Teatro Principal de València. Foto: IVC

Vivimos en una sociedad que olvida a la carrera. Y a la que le gusta usar y tirar. Actualmente, más que nunca. Cada día, con mayor rapidez. No importa perder referencias. Por eso ya no tenemos referentes. Somos una sociedad de mero consumo que no valora calidad, menos recuerdo artístico. Tampoco vivimos de la nostalgia. Hoy construimos ídolos con pies de barro que desechamos una vez exprimidos.

Eso sucede en el mundo de la música. Hemos dejado de buscar talentos. Hoy los “crean” las televisiones como fenómenos pasajeros a partir de la manipulación de la audiencia. No existe el riesgo, ni siquiera la apuesta. Todo se reduce al negocio puro y duro. Miren si no cómo se han  llenado las cadenas de esos programas que denominan talent shows o concursos musicales de medio pelo donde se juega con los sueños de sus participantes. En unos se interpretan canciones de otros, pero no se innova ni se muestra talento personal; en otros son “artistas” convertidos en jueces y de cuestionado nivel quienes deciden lo que vale y lo que no vale, sin pasar la propia criba del tiempo, el mercado o la creatividad.

Por no existir, ya no existe ni la crítica para, al menos, conducir al consumidor en territorios como la música o el arte, por no hablar de otras disciplinas. Eso ya no vende, dicen unos. Más bien diría que lo que se busca con su desaparición es el ahorro económico en los mass media y sobre todo el adoctrinamiento. Se va al puro negocio. Mañana inventaremos algo diferente.

Me viene a la cabeza, por ejemplo, una auténtica generación de músicos que durante los setenta y con las dificultades añadidas de la época se atrevieron a intentar innovar, ser algo europeos. Y ese fue el caso de Eduardo Bort, el legendario músico que este pasado viernes recibía un merecido homenaje con un concierto repleto de invitados en el Teatro Principal de Valencia. Un acierto. Pero no fue un concierto de nostalgia sino de reaparición social y donde el músico valenciano demostró que él no vive de recuerdos sino que continúa creando, aunque muchas puertas se hayan mantenido cerradas para él y otros muchos de su generación a causa de la desaparición de una industria-mediática que por sí misma se suicidó y la ausencia de amplificadores para difundir ideas.

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo