VALÈNCIA. Se estima que diariamente cada persona produce aproximadamente dos kilos de basura. Si esta cifra se multiplica por los 4.975 millones de habitantes que hay en la Comunitat Valenciana, cada día se producen casi diez mil kilos de basura que, de no reciclarse correctamente, acabarán tirados en un vertedero. Y aunque en primera estancia se puede creer que el reciclaje forma parte de nuestras vidas y no hay dudas sobre qué hay que depositar en cada uno de los contenedores, lo cierto es que todavía queda mucho por hacer en materia de reciclaje.
Una conciencia que se toma al visitar la planta de tratamiento de residuos ubicada en Caudete de las Fuentes, a la que llega todo aquello que es depositado en el contenedor gris. Una cantidad ingente de residuos entre la cual se puede ver pelotas de tenis, palos de escoba, zapatos, sábanas… e incluso latas o plásticos, que deberían haber sido depositados en el contenedor amarillo. De hecho, los responsables de la planta de Caudete explican que cuatro de cada cinco envases ligeros (el 80%) van al contenedor gris y un 20% se deposita en el contenedor correspondiente (el amarillo). No solo eso, el 40% del vidrio llega a esta planta, porcentaje que se podría reducir a cero si se depositara en el contenedor verde del vidrio.
Una mala gestión de los residuos por parte de los ciudadanos que hace que ese 30% que se recoge de restos de comida llegue mezclado con envases de plástico, cartón, aluminio, vidrio, ropa, muebles, sábanas… Y cualquier objeto imaginable. Un caos que debe ser ordenado en la planta de tratamiento de residuos de Caudete de las Fuentes. Así lo explica Ángel Rodríguez, gerente de la instalación del Consorcio Valencia Interior (CVI) recordando que el primer paso para evitar este “caos” es reciclar bien. De ahí que pida a la ciudadanía que sea consciente de esta realidad: “la gente va al contenedor, ve que los residuos desaparecen y no sabe dónde van”.