No me gusta el purismo llevado al extremo ni los convencionalismos. Me gusta estar en ese difícil punto en el que las líneas se desdibujan para provocar, para sacarte de tu zona de confort sin alejarte de esa seguridad que te da lo conocido. Formas tradicionales y técnica purista que se saltan los convencionalismos para hacerte disfrutar con sabores y texturas diferentes y recordar que las reglas están también para saltarlas. Un equilibrio en el que Hōchō sabe moverse muy bien, tanto que platos como el Nigiri de Hotate Foie (vieira flambeada con foie) son una exposición de sabor que no olvidas fácilmente.
De hecho, el nigiri de vieira flambeada con foie es el único fijo en mi particular carta. Y lo es por esa combinación de texturas que va del crujiente del flambeado a la suavidad de la viera para terminar con ese arroz untuoso que hace de punto y final —o seguido, según como se mire—. Un nigiri para comerlo de un solo bocado sin nada de soja, disfrutando de esa sucesión de texturas y sabores poco habituales pero que aún así lo hacen un imprescindible de Hōchō. Al menos para mí. Y bueno, también me evito una indecisión menos porque, como ya dije cuando Hōchō fue restaurante de la semana, me abruma tanta variedad en su carta. Por suerte, siempre tengo mi salvavidas: el Nigiri de Hotate Foie.