VALÈNCIA. Lo relata el historiador valenciano Fernando Sanz Ruiz. Hace unos años la que era responsable del Museo de San Juan del Hospital le comentó una tesis que mantenía desde hace tiempo: en el Palau dels Valeriola, en la parte trasera, hay un cubículo que era una sinagoga privada, “camuflada” por sus propietarios, los judíos conversos Valeriola, familia del humanista Luis Vives.
Ese espacio ha sobrevivido al paso de los años, a todas las reformas que se han acometido en el palacete, que han sido muchas y no todas afortunadas, a la persecución que padecieron los hebreos de esa parte de la ciudad, a las guerras… Ese espacio que se esconde en el corazón del inmueble de la calle de Mar, y también el callejón de la parte trasera, el que linda con San Juan del Hospital, serían pues las últimas huellas de la judería. No quedaría más.