VALÈNCIA. Todos los partidos tienen su propia idiosincrasia. El PSPV-PSOE no es, ni mucho menos, una excepción. Los congresos de la formación socialista siempre se han caracterizado por ser citas emocionantes: votaciones que deciden el liderazgo por un puñado de papeletas, alianzas inverosímiles de última hora, cónclaves posteriormente anulados por la dirección federal situada en la madrileña calle de Ferraz... La historia de la federación valenciana, tras casi 50 años de recorrido, está llena de maniobras orgánicas para el recuerdo y todo tipo de anécdotas que, en muchos casos, han ocurrido durante los congresos de esta formación política.

No obstante, la nueva secretaria general del PSPV-PSOE, la también ministra Diana Morant, quiere encabezar un cambio de ciclo en el partido. Una de sus apuestas para el próximo cónclave que tendrá lugar los días 22, 23 y 24 de marzo en Benicàssim, es eliminar la clásica noche de negociación que históricamente se ha producido el sábado de cada cita congresual. Puede parecer poca cosa, pero el ritual y simbolismo de esa madrugada, en la que el nuevo líder y sus principales colaboradores van manteniendo, una tras otra, reuniones con dirigentes, referentes comarcales, alcaldes, cabezas de familia política... para diseñar la Ejecutiva es casi una ceremonia que, a través de la pluma -o teclado- de los periodistas, se ha convertido en leyenda dentro de la política valenciana.

Más allá de la épica y la literatura, del dibujo relatado entre ceniceros humeantes y whisky, sí es cierto que las distintas ejecutivas del PSPV-PSOE se han decidido en esas noches de sábado. Incluso cuando ni siquiera el partido se encontraba en una situación especialmente bulliciosa o beligerante. Como muestra un botón, en el último congreso del partido celebrado en Benidorm en noviembre de 2021, la formación socialista llegaba teóricamente calmada al cónclave de reelección de Ximo Puig.