Mama Eva acaba de tener su quinta hija. Es joven aunque luce un rostro ajado y castigado por su dura vida. No llegará a los 30 años pero no lo puede asegurar, no sabe la edad que tiene. Tampoco sabe leer ni escribir. Solo sabe cocinar. Una autentica mujer trabajadora. Una autentica superviviente. Me cuenta que en su tribu los nombres los eligen entre ellos, no las madres.
Mama Eva es la cocinera de la escuela Twashukuru en Lamu, Kenia. Trabaja de 8 a 13 aproximadamente haciendo la comida para los 30 niños y niñas que van a estudiar cada día. Una escuela que es su tabla de salvación porque le permite mantener a su familia y porque en ella estudian 3 de sus 5 hijos gratis.
Mama Eva tiene un marido al que mantiene también. Un marido que se pierde por las tabernas en busca de alcohol hecho con hoja de palma. Un marido que bebe hasta perder el conocimiento. Y así pasan los días, las semanas, los meses y los años. Y así seguirán pasando hasta que un día el marido le deje por otra con sus cinco hijos. Aunque en esta circunstancia siempre es mejor estar sola que mal acompañada.
Mama Eva tiene pocas habilidades sociales. Es vergonzosa. Le cuesta interactuar. Destaca su inexpresividad. Sonríe a escondidas y difícilmente mira a los ojos cuando le hablas. Posiblemente porque tampoco entiende ningún idioma mas que el de su tribu.
Mama Eva vive en una chabola de lata con dos colchones en el suelo que comparten los 7 miembros de la familia. Con montañas de ropa sucia y basura dentro de la única estancia que tienen y con alguna mosquitera más rota que viva que algo les aísla. Mama Eva tampoco eligió su casa.
1911
Mujeres como Mama Eva todavía existen en el mundo. Este perfil de mujer me traslada a 1911 cuando se conmemora el inicio de la efeméride que con tanto bombo seguimos celebrando: el Día Internacional de la Mujer. Si generalizamos un poco intuyo que perfiles de mujeres como Mama Eva, en diferente contexto y con realidades diferentes, fueron quienes hicieron que una tragedia y una realidad social se convirtiera en un antes y un después para la historia de la mujer. Era la tónica general. Mujeres que no podían elegir.
Mujeres rodeadas de más o menos pobreza pero sin posibilidad de elegir. Los hombres elegían por ellas. Mujeres discriminadas. Mujeres cargadas de dramas por donde pisaban. Mujeres que podrían haber sido unas autenticas heroínas.