Es oficial. La Navidad ha llegado a nuestras vidas. Se acercan fechas de ritmo frenético, de caos consumista, de reuniones infinitas... Cenas de empresa, comidas con amigos y por supuesto, con la familia. La Navidad es tiempo de compartir y una de las formas de hacerlo, es alrededor de la mesa. Este año olvídate de los turrones de supermercado, del panettone que se pone duro nada más abrirlo, de los polvorones de vete tú a saber dónde, porque este año, Guía Hedonista te cuenta qué es lo mejor de lo mejor en cuanto a dulces navideños se refiere. Márcate un tanto con tu cuñado, saca una sonrisa a tus suegros... porque estas navidades, vas a ser el/la rey/reina del mambo.
El emporio de los dulces navideños llega a cada supermercado, mercado o gran superficie mucho antes de que imagines que llegan estas fechas si quiera. Hay infinitas marcas comerciales que presentan turrones, panettones, roscones de reyes, peladillas, bombones... Y en una mesa que se precie, no pueden faltar estas sobredosis de dulce que invitan a desabrocharse un botón del pantalón tal cual acabes la cena o comida en cuestión. Pero he aquí la diferencia. En vez de apostar por esos productos tan manidos que copan anuncios de televisión, vamos a ir a la calidad, a aquellos dulces que se han ganado por derecho propio el estar en la cumbre de los mejores. Corre a por ellos, que se acaban y te lo vamos a poner fácil, porque muchos los podrás conseguir a golpe de click.
Viene de Italia, pero poco a poco, se ha hecho un hueco en nuestras mesas navideñas. ¿De quién hablamos? Del panettone, un dulce imprescindible y en el país, hay dos reyes indiscutibles, Oriol Balaguer y Paco Torreblanca. Ambos han conseguido dar con una receta maestra, que hace que sus panettone sean esponjosos y emblemáticos. El primero tuvo el premio al Mejor Panettone Artesanal de España en 2017 y el segundo al Mejor Panettone fuera de Italia.
Oriol Balaguer se sirve de una masa madre de 50 años y lo prepara en tres versiones, de frutas, frambuesa, chocolate y giaduia con castañas, este último estratosférico. Por su parte, el alicantino Torreblanca lo elabora con levadura natural, mantequilla, huevos de corral ecológicos y harina que fermenta durante 12 horas. A la masa, añaden chocolate, cacao en polvo, naranja o giaduja, dependiendo de qué versión estén preparando.