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EL GUATEQUE

Las pelis que se les antojan a los chefs

Los cocineros valencianos de nueva generación eligen su menú cinéfilo predilecto en un mes que se caracteriza por los premios al séptimo arte. Y sí, todas las cintas dan mucha hambre

VALENCIA. Febrero es el mes del cine, y el cine ha hecho tanto por la cocina… Podría enumerar toda una remesa de películas por las que me han rugido las tripas, incluso sin estar relacionadas con los fogones profesionales. Puestos a hacer confesiones, ahí van las más delirantes. Desde la pizza de queso que Kevin McCallister olfateaba en Solo en casa, a la enorme tarta de chocolate que servía como castigo en Matilda, pasando por la grasienta Big Kahuna Burguer de Pulp Fiction (que sí, también aparece en Abierto hasta el amanecer y otra obras con deje de Tarantino). Siempre que veo a Holly Golightly pasar por delante del escaparate de Tiffany’s me dan ganas de pedirme un cruasán, ¿a nadie más le pasa?

Es una enumeración que tiene poco de gastronómica, incluso de saludable, pero para frenar el famélico desvarío contamos con invitados de postín. Son los chefs valencianos de esta edad dorada y tienen su propia lista de largometrajes preferidos. En este caso les pedimos que traten sobre cocina, y aunque no todos coinciden en la elección del plato principal, hay peticiones recurrentes en el menú. Queda claro que no existe la película de manual, la obra definitiva para consagrar el matrimonio entre el arte culinario y el séptimo, pero basta con avivar la llama. El objetivo es contar, evocar, remover; que los fogones humeen. Apartar por un instante las palomitas, porque hay un caldo guisándose, un pastel en el horno o un servicio en marcha. Así es como la cámara acaba inculcando el amor por la cocina.

Begoña Rodrigo: Comer, beber, amar (Ang Lee, 1994)

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