Hay muchos y buenos en este país y para profundizar en el tema recomendamos la lectura del libro de Joan Gómez Pallarès, ‘Vinos naturales en España’. La que sigue es una selección personal en la que son todos los que están pero, lógicamente, no están todos los que son.
Comencemos, pero vayamos por partes. ¿Qué es un vino natural? Bien parece que, en principio, todos sean naturales. Una fruta, la uva, que fermenta para dar lugar a una bebida alcohólica. La fermentación, como nos enseñaron de pequeños, es un proceso químico, de manera que la química siempre está presente en una transformación que puede alcanzar categoría de arte. Más allá de la artificialidad de una producción homogénea, acorde con el gusto de un consumidor mayoritario hay, y ha habido siempre, gentes que quieren hacer vinos sinceros, esos que transmiten el terruño del que parten y en el que la mano humana interviene lo justo y necesario para que el milagro sea posible. A nosotros nos gustan los vinos bien hechos, porque la supuesta naturalidad no debe ser excusa para el todo vale. Lo que caracterizaría esa naturalidad es, sencillamente, la muy limitada presencia en su elaboración de sulfitos, algo que nunca puede ser pretexto para vender productos en mal estado. Lo ecológico, lo biodinámico y demás debemos dejarlo para otra ocasión, pues complica y confunde aún más este embrollo. Hablamos de honestidad y calidad, dos cualidades que deben ir de la mano. Siguiendo esta filosofía hemos hecho, como decíamos, una pequeña recopilación de botellas asequibles y fiables de vinos naturales con las que seguro disfrutaremos.