La mayor democracia del mundo, con más de novecientos millones de votantes y con uno de los procesos electorales más largos (algo más de un mes) y alambicados del panorama internacional, se ha pronunciado recientemente. Unas elecciones generales han dado a la India y a Modi la continuidad y el apoyo necesarios para seguir adelante con las reformas y la senda de prosperidad. A pesar de la extensión del proceso electoral, los electores indios no se desaniman. De hecho, la India es uno de los países con mayor porcentaje de participación electoral del mundo.
Para sorpresa de muchos, el partido actualmente en el poder —el Bharatiya Janata Party (BJP), con Narendra Modi a la cabeza— ha revalidado su mandato por un nuevo periodo de cinco años. Esta coyuntura no ocurría desde 1984. Modi ha arrasado: además de renovar su mayoría parlamentaria, el BJP ha obtenido 352 escaños, mientras que su principal opositor —el Partido del Congreso, con Rahul Gandhi al frente— solo ha conseguido 87 escaños, sin embargo el Partido del Congreso había dominado la política India en las últimas décadas. Este resultado se puede definir como histórico, ya que es el segundo mejor resultado que un partido obtiene desde la independencia de la India.
El liderazgo de Modi, por lo tanto, se ha visto reforzado, hasta el punto de que se convierte en un referente político histórico, con una relevancia tanto a nivel nacional como internacional, algo que no se recordaba desde la época de Indira Ghandi durante la década de 1960 a 1970.
Modi ha centrado su campaña en la lucha contra la pobreza y a favor del mundo rural, y en su actitud contra la corrupción de las élites políticas y económicas indias. Su medida estrella ha sido la desmonetización (con el objetivo de hacer desaparecer el dinero negro). De forma radical, es decir, con el preaviso de un día, los billetes de 500 y 1000 rupias dejaron de tener valor. Ello significaba que el 86 % del dinero en circulación no se podría utilizar en adelante como medio de pago.
A pesar de que Modi se caracteriza por poner el énfasis en sus ideas nacionalistas hinduistas, en esta campaña se ha esforzado en poner el acento en la inclusión de todas las clases y religiones, ya que estaba siendo muy criticado por, aparentemente, “aislar” a la comunidad musulmana del país en beneficio de la comunidad hindú.
Sus primeras reacciones después de la victoria (mayoritariamente por Twitter, donde es muy activo) han sido las siguientes: “¡La India vuelve a ganar de nuevo!”, “Ahora hay solo dos clases de personas en este país, aquellos que son pobres y los que ayudarán a esos pobres. Juntos construiremos una India nueva e inclusiva, una nueva India”. Estos tuits se han convertido en toda una declaración de intenciones.