CASTELLÓ. La dilación en el concurso de acreedores que afronta la histórica textil de Marie Claire pone en riesgo la entrada de un nuevo inversor. El administrador amplió en diciembre tres meses el proceso concursal para cerrar la compra de la compañía por parte una empresa interesada en la misma, pero la incertidumbre que sobrevuela con la resolución de la deuda está dificultando el proceso y puede derivar en la renuncia de la oferta existente, según fuentes del entorno de la empresa.
La textil de Vilafranca entró en concurso en septiembre esgrimiendo su insolvencia. En junio el comité de empresa aceptó por unanimidad un ERE de extinción, que comportó el despido de cerca de 200 trabajadores y un ERTE temporal con 72 empleados. Este último finalizaba el 31 de diciembre pero el administrador pidió más tiempo incrementado el periodo del ERTE hasta el 31 de marzo. En este tiempo quiere intentar acordar una operación con un inversor español y garantizar la continuidad de Marie Claire. Apuntó a la plantilla que la firma podría cerrarse en enero.
A estas alturas no hay novedades del administrador concursal y no hay noticias nuevo grupo inversor. Asimismo, en curso continúan las demandas judiciales interpuestas por una treintena de trabajadores por reclamaciones en indemnizaciones. Personal que se desvinculó del pacto del comité de empresa y que pleitean para cobrar lo que consideran que les toca.
Según fuentes conocedoras del concurso, hasta que no se clarifiquen las diferentes circunstancias que rodean al proceso no se puede concretar el plan de viabilidad, certificar los pagos que debe abonar el Fogasa a las personas despedidas ni culminar la llegada de un nuevo inversor.