¿Qué es Borgen? Es el nombre con el que los daneses denominan coloquialmente al Palacio de Christiansborg, sede del gobierno y de los tres poderes del Estado. Es decir, salvando las distancias, nuestra Moncloa y el Congreso. En la serie, la líder del minoritario Partido Moderado, Birgitte Nyborg, consigue llegar a Primera Ministra tras una suerte de carambolas, con mucho juego sucio de sus opositores, conspiraciones, informaciones ocultas o peligrosas y logrando la cuadratura del círculo: Líder del gobierno siendo la menos votada. Es curioso que desde Podemos e incluso desde Ciudadanos siempre se habla de la vía Borgen,-los discípulos de Albert Rivera, Begoña Villacís o Ignacio Aguado, terceros en las votaciones madrileñas, como candidatos a presidir gobiernos-; también blandía el argumento borgiano Pablo Iglesias en sus ansias de conseguir ministerios u otras bagatelas gubernamentales. Lo hizo en 2015 y también ahora, sin darse cuenta que la vía danesa no se cumple en este caso, fundamentalmente por la resiliencia de Pedro Sánchez. Es sintomático que en todas estas maniobras pretendidamente florentinas, pero muy poco hábiles, el PP de Pablo Casado no sale o al menos se reserva otro tipo de protagonismo. En una especie de Doctor Jekyll y Mister Hyde, ora habla y pacta con Ciudadanos, ora negocia y acuerda con Vox. Eso sí sin que la mano derecha sepa lo que hace la mano izquierda, o la mano del centro si la hubiere. Al final el lío está asegurado. Más parecieran maniobras de cara a la galería que al final llegan donde tienen que llegar. Aunque de tanto ir el cántaro a la fuente, puede romperse.
Maniobras Borgen en el gobierno. Nyborg tiene que ahormar un gobierno dividido que día a día amenaza con desintegrarse. Evidentemente en una serie de televisión se exageran estas divisiones y argucias políticas. Se filtran informaciones de los contrarios aunque estén sentados contigo en el consejo de ministros, se dan cargos, ministerios o similares a los oponentes para acallar la crisis continua. Se me ocurre aquí mirando al futuro las complicaciones de Botànic II con el mestizaje incluido, desconfianza, recelo o competencia. O mirando más allá ese gobierno en precario de Pedro Sánchez con aliados como el pragmático PNV, el radical Bildu, los independentistas de ERC o el socio familiar Podemos, sin apenas fuerza al que hay que arropar sin pasarse para que no te robe la cartera,…en fin todo un poema. Y mientras en la otra acera, la de la derecha competición pura y dura en los tripartitos de tapadillo con Vox como socio incómodo y peleando por quién se lleva el gato al agua con el liderazgo, Casado o Rivera. Y mientras las encuestas enredando con unos y otros, en la derecha o en la izquierda, haciendo que los más osados,-Podemos y Ciudadanos-, estén muy proactivos reclamando su espacio. Un sinvivir y un frenesí por el que vamos a tener que pasar sí o sí. Es curioso que en la serie también se revive la vuelta a Borgen de Nyborg en su partido y al gobierno, algo que nos recuerda mucho a la peripecia del renacido Sánchez. Y también el guión es fantástico con saltos del partido moderado considerado como de centro-izquierda con giros al centroderecha, al liberalismo,…esto no suena mucho. Es ficción, pero ya se sabe que en muchas ocasiones la realidad supera a la ficción. Por cierto también desempeña en la serie un papel destacado la relación y en algunos casos la connivencia de los políticos con periodistas y medios de comunicación en especial públicos. Todo un clásico de la vida política en cualquier país.