VALÈNCIA. La compra del edificio de Correos situado en la plaza del Ayuntamiento de València por 23,9 millones de euros en diciembre de 2021 fue uno de los hitos del gobierno presidido por el socialista Ximo Puig dentro de su objetivo -para algunos discutible- de mantener en la esfera pública inmuebles emblemáticos. De hecho, este no fue el único adquirido por el Gobierno valenciano, que también invirtió en su mandato para hacerse con varios palacetes históricos y con otros edificios postales como los de Alicante, Castelló, Elche y Gandia.
Uno de los primeros pasos tras esta compra fue renombrar la instalación como Palau de les Comunicacions, dado que la idea inicial era convertir el recinto en un gran espacio para eventos relacionados con la prensa de la capital o para, al menos, compatibilizar este uso con otros. En este sentido, la utilización para actos organizados por medios de comunicación fue promovida desde Presidencia de la Generalitat, que otorgaba toda una serie de facilidades para el uso y aprovechamiento del histórico edificio, lo que conllevó que buena parte de las empresas informativas de la ciudad aceptaran celebrar sus eventos en el nuevo Palau de les Comunicacions.
Paralelamente, otro uso relevante se concentró en el mes de marzo con motivo de las Fallas. Las recepciones, especialmente a la hora de presenciar las mascletaes desde tan privilegiada ubicación, a comisiones festeras, asociaciones, colectivos, organizaciones empresariales, periodistas y otros actores de la sociedad civil, se sucedieron del 1 al 19 de marzo durante los dos años posteriores a la adquisición.
Ahora bien, tal como informó Valencia Plaza, los meses pasaban sin que se llegara a concretar un plan concreto y detallado de los usos del recinto. Aunque la recta final de la legislatura se celebró la exposición De la foscor a la llum, una muestra que presentaba en su totalidad la Colección Lladró adquirida previamente por la Generalitat, la hoja de ruta a futuro, más allá de los comentarios o declaraciones, era una incógnita.