Valencia Plaza

FROOT LOOPS, CHOCAPIC, CORN FLAKES, SMACKS...

El desayuno de los tontorrones

La moda de los bares de cereales ha alcanzado València, donde lejos de ser una trampa para ‘hipsters’, seduce a un público adolescente indolente al chute de azúcar y hambriento de likes

VALÈNCIA. Mi infancia es un lugar donde no hay espacio para los tazones de cereales. Apenas un puñado de Chocapic con la complicidad de mis primos, una cucharada de Frosties cuando dormía con mi mejor amiga. Ya en la adolescencia me aficioné a los Dinosaurus de chocolate en un alarde de rebeldía. Mi madre siempre me preparaba la leche con cuatro galletas María, por lo que mis recuerdos no son compartidos con quienes crecieron rodeados de cartones coloridos antes de irse al colegio. Una singularidad de los Kellogg’s americanos, pero también de los Nestlé europeos, que al parecer se prodigaban más en tesoros secretos con forma de juguete. Con el tiempo he conocido a desayunadores profesionales, y me permito afirmar que quien fue de cereales siempre será de cereales.

Es posible sacar a la luz semejante confesión, incluso recuperar las sensaciones más entusiastas de la memoria, levantando en público la cuchara. Hasta València ha llegado la moda de las ‘cereal bars’ (o barras de cereales, que es el término mundano), donde ofrecen un centenar de variedades de estos productos. Si hace dos semanas la cadena Cereal House inauguraba su primera franquicia en la Avenida de Francia, ahora es su rival Cereal Hunters Café quien promete instalarse en la calle Conde de Salvatierra. Cuentan con cinco y dos establecimientos en España respectivamente y arengan colas kilométricas de clientes en Madrid, aunque la moda procede de capitales anglosajonas como Londres o Nueva York.

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