Si usted hiciera una encuesta en un colegio de niños sobre qué quieren ser de mayor, la mayoría de ellos dirían que policías o bomberos, salvo el que supiera explicar en qué trabajan sus padres y eligiera ese, más por admiración que por convicción. Haga la prueba. Quizá se deba a los uniformes que llevan, por conducir en un coche o camión con sirena, o porque hacen acciones de gran heroicidad al servicio del ciudadano y, muchas veces, salvan vidas.
Del origen de los bomberos de Alicante va la crónica de hoy. Cuando surgió la idea de crear un servicio con ellos en Alicante era alcalde de la ciudad Anselmo Bergez Dufoo. Ocurrió el 7 de enero de 1859. En el acta que describía los acuerdos del Consistorio para este fin decía que "la comisión de ornato organice una Compañía de Bomberos y obtenga de los representantes de los empresarios de seguros la compra, por su cuenta, del número suficiente de cubas de cuero".
Funcionarios y políticos del Ayuntamiento lo tenían claro, había que convencer a la ciudadanía de su utilidad y ponerlo en marcha por lo que recurrieron a lo fácil, los mediadores de seguros, quienes por profesión estarían directamente interesados en este asunto. La mayoría de las Compañías de Seguros españolas nacieron con el seguro de incendios como una cobertura básica e imprescindible para asegurar viviendas y empresas. La venta de seguros no sólo es una actividad comercial, también hay que dar servicio y actuar con urgencia cuando ocurre un siniestro para resolverlo y aminorar sus consecuencias.