Hablamos del hogar y sus vinos. De esta nuestra Comunidad y todo lo que da, a los de aquí, allá y acullá. Hoy centraditos en dos de sus más chulapas uvas. En primer lugar la albillo real, albina y divina. Madrugadora, regordeta y jugosona. Dulce dama que hace piña con cualquier causa y más si es perdida. Y no se pierde ni una, porque es damisela salerosa. Por otra parte, la garnacha, colorada, tardona y resultona. Viajera con mil amigos hablando todas sus lenguas. Porque es atrevida, lenguaraz y también bastante tenaz. Seriecilla y elegante en el caso que nos ocupa, en cumbres que gusta de trepar, las que relucen en lo oscuro con claridad. Y claramente es el momento de empezar con la primera de las bodegas del día y su Albillo Cyster 2020 (Tierra Calma), que tras cuatro meses en barricas de las grandes es todo un señorón. Corpulento para su tipo, tiene la fuerza necesaria para aguantar nuestro peso y llevarnos muy lejos. De aromáticos tan bonitos que se vienen muy arriba con un bocadillo de calamares y las correspondientes bravas.
El Tierra Calma La Nava 2017 (Tierra Calma) es esa garnacha de seriedad mineral que resulta tan estupenda que se hace eterna. Montes que, a pesar de bajos, son infinitos con todas sus hierbas creciendo con desparpajo. Y aunque mira para abajo, no quita la vista del puchero donde se guisan unos caracoles como deben ser.
Con Las Moradas Albillo 2019 (Las Moradas de San Martín) viajamos a mares yodados, porque parece que sí, que vaya, sí tenemos playa. La de domingos de calor comedido y caja de fruta como postre. Música de baile que no le quita la pompa al momento. Finales que son bonitos y que invitan a continuar con ese besugo tan de esta época.
Las Moradas Libro Diez Las Luces 2010 (Las Moradas de San Martín) es tinta madura de edad bien llevada. Esa mujer con sus curvas tan extremas como reviradas. Intensa belleza con los labios pintados de tono oscuro y sonrisa siempre firme. Rareza que se hace de rogar muchas veces porque no estará siempre, pero sí ahora y con su correspondiente cocido.
Los Peros 2019 (Ca’ Di Mat) nace entre rosadas piedras para dar placeres eléctricos. Doce meses de barrica que le aportan elegancia sin perder un pelo de tensión. Emoción literal y mineral, que nos llena tal cual. Tiempo al que no ponemos un solo pero, si es con amigos y una buena fuente de huevos estrellados.
Seguimos sin queja porque tenemos la Fuente de los Huertos 2019 (Ca’ Di Mat). Viñas de altura y su fruto a la ídem. Granito bonito. Ligera explosión de fruta que no necesita más extracción para provocar toda la emoción. Frescales y descarado que nos conduce diligente al lugar más de verdad para pedir una de callos.