VALÈNCIA/ALICANTE. Respiro en las filas del Gobierno del Botànic: si había un temor que hiciera temer la continuidad del actual Ejecutivo de la Generalitat Valenciana ese era que Podem y Esquerra Unida concurrieran por separado, y que el descenso de voto que las encuestas prevén para Podemos lastrara la suma del bloque de izquierda: PSPV, Compromís y Podem + Esquerra Unida. Pero si la militancia de Esquerra Unida no dice lo contrario -algo que no se prevé-, en breve se ratificará el acuerdo adoptado este sábado por la coalición que lidera Rosa Pérez, y, por tanto, esquerraunistas y Podemos irán unidos a las elecciones de mayo de 2019. Al menos, para las Cortes Valencianas. Después, en cada ciudad, los colectivos tienen libertad, aunque se trabajará por la unión.
En política, dos y dos no suelen ser cuatro. Se acaba de demostrar en las elecciones de Andalucía, en las que IU y Podemos fueron con la marca Andalucía Adelante, y sacaron menos votos que por separado. Pero pese a ello, en el caso de la Comunitat Valenciana, había voluntad por las dos partes de concurrir juntos. Había voluntad de ellos, y esperanza en el PSPV y Compromís, en cuyos cuarteles había preocupación por la falta de escaños que dieran un nueva mayoría al bloque de izquierdas.
Y es que las encuestas publicadas hasta ahora otorgan a la formación morada un 6,5% del voto, muy lejos del 11,5% obtenido en 2015 y que les reportó 13 escaños. Por ejemplo, la encuesta de SyM Consulting para el grupo Plaza otorgaba 6,2% del voto y 5 escaños. Otro sondeo publicado por el Levante-EMV les concedía un 6,5% del voto. En ambos casos, se hizo el estudio de campo sin contemplar que se presentarían en coalición. Esos mismos sondeos concedían a Esquerrra Unida una horquilla que oscila entre el 2,3% y el 5% del voto y, por tanto, sin garantizar su presencia en el futuro Parlamento valenciano. Hay que recordar que la coalición de izquierdas, liderada por Ignacio Blanco, pasó a ser una fuerza extraparlamentaria en 2015 con el 4,3% del voto y más de 100.000 sufragios.
La confirmación de la confluencia aporta, cuando menos, más tranquilidad al sector de la izquierda, que verá como esta vez parte de sus votos no se quedan fuera de la representación parlamentaria, merced a la barrera electoral del 5% que tienen que obtener como media entre las tres circunscripciones electorales de la Comunitat Valenciana. De ahí, el respiro en las sedes del PSPV y Compromís. Y de Podemos, que las últimas crisis de Madrid les podían generar efectos secundarios.