VALÈNCIA. Miles de comercios tardarán mucho tiempo en poder recuperarse tras la Dana. En Picanya, uno de los municipios de l’Horta Sud más devastados por el temporal, la Frutería Hnos. Ortega ha sido un símbolo del resurgir de los establecimientos a pie de calle. Apenas dos días después de la tragedia, que desarmó todas las plantas bajas de Picanya e inundó las calles de barro, esta frutería familiar abrió sus puertas a los vecinos y vecinas para abastecerles.
"La frutería está en una zona de Picanya donde no daba el agua de frente, entraba por una puerta y salía por la otra, hacía pendiente", explica Irene Ortega, integrante de la familia, al periódico Valencia Plaza, intentando recrear lo acontecido hace una semana.
Una serie de casualidades lograron que esa tarde de martes la frutería no saliese gravemente perjudicada por el temporal y que la furgoneta de la empresa, encargada de abastecer a la tienda, no quedase sumergida bajo el agua. "Gracias a Dios, mi padre tenía el camión detrás de las vías y no le llegó el agua, pero el otro coche lo hemos perdido", cuenta Irene.