CASTELLÓ. Aguas cristalinas, playas de arena fina y dorada, un vasto patrimonio histórico con el que viajar al pasado, largos senderos y bellas panorámicas. Todo ello converge en el municipio de Oropesa del Mar, una localidad que continúa erigiéndose como uno de los destinos predilectos de la Comunitat Valenciana para disfrutar de unos merecidos días de descanso. Y es que no hay que viajar muy lejos para vivir unas vacaciones paradisíacas.
Con 12 kilómetros de costa y siete playas, cuatro de ellas con el distintivo bandera azul (La Concha, Morro de Gos, Les Amplàries y Platgetes de Bellver), la localidad guarda en sus parajes naturales tres calas en las que perderse. Orpesa la Vella, separada por un saliente rocoso, confiere al visitante el encanto de cierta privacidad natural; y protegida entre la colina en la que se ubican los vestigios del poblado ibérico y el puerto deportivo, se encuentra Cala Retor. Para todos aquellos que busquen un lugar más salvaje y rocoso, su sitio es la Renegà, dividida por multitud de calas de arena y rocas esculpidas a golpe de mar y viento.
Las privilegiadas condiciones geográficas y naturales de Oropesa del Mar, estratégicamente situada entre el mar y la montaña, ofrecen al visitante infinitas posibilidades para la práctica del turismo activo. Muchas de ellas tienen lugar en la Sierra de Oropesa, un majestuoso conjunto de montes con largos senderos y bellas panorámicas. Otro de los tesoros del municipio es el monte Bovalar, que acaricia con belleza el mar y reposa junto al puerto deportivo; y la Vía Verde, que trascurre por parajes naturales de gran valor medioambiental. Durante el recorrido, se puede contemplar parte del patrimonio cultural del municipio, como el poblado íbero o dos de las tres torres vigías: La Corda y La Colomera.