CASTELLÓ. No tiene una vaca, sino 54. Tampoco son lecheras como dice la canción que todos conocemos. Pero, eso sí, no son unas vacas cualquiera. No son cualquiera porque son las únicas que pastorean a los más de 1.4000 metros de altitud del Parc Natural del Penyagolosa, en donde pocas veces se superan los 20 grados durante el verano y se pueden acariciar las nubes. Todo rebaño tiene su pastor y aquí el protagonista es Gregorio Benages o, como él se hace llamar, l’Home del Penyagolosa. Y razones no le faltan para atribuirse este alias: "Llevo unos treinta años trabajando aquí solo".
La peculiaridad de la vida de Gregorio no se limita únicamente a ser el único que trabaja a los pies de la cima del Gegant de Pedra, rozando el cielo de Castellón y del que la Generalitat Valenciana es propietario, en parte, desde hace unos meses, sino que su forma de trabajar es como la de antaño. Llegar allí es como retroceder varias décadas. "Yo estoy trabajando como hace cincuenta años porque las fincas no son mías", se lamenta. La masía en la que principalmente trabaja y tiene a los animales nunca ha sido propiedad de la familia Benages, sino que es alquilada. "Como era de muchos no pude hacer un corral más grande, no me he modernizado", cuenta Gregorio.