CASTELLÓ. No hay tregua. Una vez expulsada el agua hay que pelear con el fango de varios centímetros de espesor. Este proceso es horroroso, y nada fácil. El barro esconde desagradables sorpresas, enseres de pequeño formato, objetos queridos, fotografías, cartas, ese chupete que se había perdido, los manojos de llaves que acumulamos de otras vidas, pendientes y sortijas que han escapado de ese joyero de piel roja… Son demasiadas cosas las que nos están desmontando el alma.
Mi amiga Carmen Amoraga ha sufrido las consecuencias de la DANA, en Picanya. La escritora valenciana está detallando en las redes sociales una especie de diario de la tragedia. El pasado sábado pude leer un emotivo artículo suyo en La Vanguardia. Amoraga lucha por mantener viva la vida frente a la muerte, por encender la luz frente a tanta oscuridad. Porque así son estos días tortuosos para quienes han perdido a sus seres queridos, para las miles de personas que lo han perdido todo. Me gusta mantener esa parte de mí que todavía no se ha inundado, -señala Carmen Amoraga-, …Normal como hace once días, doscientas sesenta y cuatro horas. Casi tantas horas como víctimas mortales hay en el instante en el que escribo este artículo. Eso es lo normal ahora: contar el tiempo con el sol que sale y que se pone, con las personas que aparecen, vivas o muertas, con los que todavía no se ha dado, con las paladas que quitan el lodo de las casas y las calles, con el dolor de manos, de huesos, de alma. Normal es esforzarte en decir que estás bien, mantener el ánimo, arrimar el hombro, no decaer. Esforzarte en conservar la templanza, en no dejarte llevar por lo que sientes y no llorar de pena y no gritar de rabia, porque bastante tiene la gente con lo que tiene.
Por su parte, mi amiga periodista y compañera de batallas, Lola Bañón, sigue limpiando el barro de su pueblo, Benetússer, cediendo el pequeño y perdido taller de muebles de su hermano para el reparto de alimentos y productos de limpieza, trabajando codo a codo con los numerosos voluntarios que han acudido a ayudar, muchas de ellas y ellos son sus alumnos. Marcela, otra amiga querida, también sigue extrayendo fango, y ha debido trasladarse a otro municipio hasta que concluya la limpieza y reconstrucción de parte de su vivienda en Catarroja. Otras muchas vecinas y vecinos no han tenido la misma suerte. Y escuchas en la radio desgarradores testimonios de personas rotas, llorando las ausencias queridas y mostrando toda la rabia y tristeza por la mala gestión de esta catástrofe.
Han pasado trece días desde el fatídico martes 29 de octubre. En este tiempo ha ido aflorando la negligencia de un gobierno valenciano a la deriva. Cada vez hay más preguntas sin respuesta. Cada vez hay más mentiras cruzadas con medias verdades. El principal partido de la derecha de este país parece haber perdido los papeles, miente, confronta, está manipulando la realidad, fabricando verdades alternativas, concepto acuñado en la administración Trump. Han pasado trece días y aún no sabemos con certeza qué ha hecho el Consell y su President Mazón para cometer tantas barbaridades, para desdecirse, contradecirse, para mentir tanto. Esta tragedia, a veces, es un delirio que nos arrastra a todos y en otros momentos es una gran bofetada a las personas, al pueblo inteligente. Es la gran mentira de Mazón y su equipo de gobierno, sobre todo de la Consellera responsable de Interior y Emergencias, Salomé Pradas. Todo está contrastado, no hay mentira que no se haya confirmado. Es fácil. Hay demasiadas evidencias. No han podido tapar el sol con un dedo. La verdad siempre aflora. ¿Por qué, entonces, siguen mintiendo tanto?.
Frente a la ignominia de Mazón y su gobierno, más de 130.000 personas llenaron las calles de València la tarde del pasado sábado. Ha sido una manifestación histórica. La población civil valenciana, castellonense y alicantina han salido masivamente para gritar Basta y pedir la dimisión de Mazón. Decenas de miles de voces unidas en la desgracia y la esperanza. Jóvenes, mayores y familias enteras han mostrado su repulsa a la pésima gestión de un President que de tanto mentir ya no se sabe si comió privadamente el martes durante varias horas o ayunó en señal de duelo, y todo llegando con dos horas de retraso a una reunión decisiva del CECOPI que emitió la importantísima alerta de riada a las 20.20h cuando todo estaba inundado, cuando el agua corría en torrente arrastrando coches, casas y personas, cuando muchas de ellas ya habían perdido la vida y otras muchas luchaban por sobrevivir.
Las imágenes de la manifestación de València erizaban la piel. Ciertamente ha sido una convocatoria enorme, histórica. El pueblo valenciano no ha querido callar ni esconder las lágrimas, ni la rabia, ni el dolor. La tragedia ha contado con una cadena de errores, incompetencias y omisiones de Mazón y su gobierno. Ya hay un centenar de abogados valencianos dispuestos a ayudar y llevar a trámite una demanda o denuncia popular contra el President y su equipo.
Ayer comimos un arroz caldoso con pollo. En silencio. Carmen sigue tocada y hundida. Tiene familia afectada por la DANA. Ella está doblemente rota, además de que ya sufrieran la Pantanada del 20 de octubre de 1982. Los recuerdos y vivencias de aquella otra tragedia le persiguen y está durmiendo fatal. No para de llorar y ha decidido no ver la televisión, no seguir tanta mentira y enredos, tanto bulo que debería estar prohibido. Ayer hablamos de este presunto delito, el de mentir y manipular a un pueblo afectado y vulnerable. Un partido como el PP y su ultraderecha Vox no pueden decir lo que están diciendo, no pueden difundir tanto bulo. Cada mentira hiere profundamente a las personas dañadas, maltrechas. No puede ser que personajes como Vito Quiles, Alvise Perez, Iker Jiménez, Eduardo Inda, Rubén Gisbert, Cristina Seguí… estén enredando y mintiendo a un pueblo que lo ha perdido todo. Varios Ayuntamientos han salido a desmentir los bulos con una impotencia inmensa.
Carmen me cuenta que también hay famoseo que se ha trasladado a los pueblos afectados para malmeter y difamar. Me habla de eso que se llaman ‘inluencers’ o de gente como Paz Padilla que se ha grabado vídeos trasladando bulos y mentiras. Un periódico norteamericano, definiendo las estrategias de Trump, tituló un reportaje sobre bulos diciendo que lo que antes era una barbaridad hoy es la normalidad.
Buena semana. Buena suerte.