ALICANTE. Solo podía ser Nino. Durante la previa del partido de Zaragoza, muchos habían apuntado a que en las botas del delantero de Vera iba a estar buena parte de las opciones de clasificación del Elche y la verdad es que no se equivocaron. Melilla, Gijón... Había sucedido ya y no solo una vez.
Eso sí, el pase del Elche a la final también estuvo en las piernas de Juan Cruz con su galopada por la banda rematada con asistencia de gol en el minuto 81; o en la pierna de Dani Calvo cuando en el arranque del segundo acto no dudo en lanzarse al suelo para tapar un disparo de Kagawa con marchamo de gol; o en los guantes de Edgar Badía que, para variar, volvió a obrar un par de milagros (alguno también con la vista) antes y después del descanso.
Si el once inicial de José Rojo 'Pacheta' con siete cambios reflejaba una vez más su plena confianza en el grupo y su fortaleza, un todo por encima de individualidades, la foto de familia que se hicieron sobre el verde de La Romareda tras el choque todos juntos (hasta Bragarnik) congeló en el tiempo esa idea del salense y de muchos más ¿Será más fuerte como grupo el Girona?