Un ojo puesto en la marcha de Almirall

MADRID. Es una evidencia que Almirall no atraviesa sus mejores años bursátiles y que mantiene una clara tendencia a la baja desde los máximos que alcanzaba el valor en niveles de 15.35€, desde el pasado mes de julio de 2021. En el presente año el valor registra una pérdida del 4.5%, frente al alza superior al 12.50% que mantiene el Ibex-35 o la revalorización próxima al 12% que acumula el índice general de la bolsa de Madrid.

Y siendo esto cierto, también lo es el hecho de que la cotización de la acción se aproxima a niveles muy relevantes si estudiamos su evolución en el largo plazo. Tal y como podemos observar en el primer chart, el valor sufría en 2017 una vertiginosa caída que logró frenar durante la segunda mitad del año. 

Por aquel entonces, Almirall desarrollaba una formación de H-C-H invertido, que servía de suelo y de cambio de tendencia para el precio. El mínimo registrado por entonces, que formaba la base de la cabeza de esta formación, fueron los 7.54€, mientras que, la parte baja de los dos hombros, se formó en el nivel de los 7.85€. Estos dos niveles nos permiten establecer, por tanto, una zona que debería de actuar como fuerte soporte para el valor entre los 7.54€ y los 7.85€.

Si atendemos a la evolución del valor durante los últimos dos años, se evidencia como Almirall choca de manera recurrente con su directriz bajista de medio plazo, la cual resulta de proyectar los máximos relativos que deja el valor desde mediados de 2021. Durante este proceso bajista, el valor se sitúa cotizando también por debajo de sus medidas de 200 y de 50 sesiones, además de no haber sido capaz de registrar ningún máximo relativo superior al previo.

A pesar de todos estos factores, vemos interesante prestar atención a la evolución de la cotización por varias señales que pueden apuntar a la formación de un suelo para las caídas recientes. Y es que, a la proximidad de su rango de soporte principal de largo plazo hay que añadir, una formación de cuña triangular descendente que se viene formando desde finales del pasado año 2021 (la figura está marcada en el segundo chart en rojo), uniendo y proyectando tanto los máximos como los mínimos relevantes que se vienen sucediendo y cuya proyección converge. 

Este tipo de formación, cuando se da en tendencias bajistas, suelen ser indicativas de cambio de tendencia y se activan en el momento en el que el precio es capaz de superar al alza su parte alta. En el caso de asistir a una ruptura por la parte superior, prolongamos la altura de la cuña desde el punto de ruptura de la directriz bajista, con el fin de poder establecer el objetivo alcista a alcanzar de la figura (simulación marcada en naranja en el segundo chart). Otro factor a tener en cuenta es la divergencia alcista que se viene formando entre el precio y el MACD desde 2022 (marcada en amarillo). Es señal de acumulación de potencial de vuelta, pero no nos da detalles de cuando se puede producir.

Así, a pesar de que parece que habrá que seguir teniendo paciencia con la cotización del valor, podemos determinar algunos niveles que, de ser superados al alza, podrían ser el detonante de la activación de las señalas alcistas comentadas. En el rango de entre los 8.70€ y los 9.07€ el valor se  encuentra con resistencias a corto plazo significativas, como son sus medias de 50 y de 200 sesiones, así como la directriz bajista de  medio plazo, que se corresponde con la parte alta de la cuña comentada. La superación y consolidación de estos niveles por parte de Almirall puede ser una primera señala que permita a la acción recuperar posiciones.

Ignacio Zarza es analista de Auriga Global Investors