ELCHE. A pesar de las diferencias que pueda haber en el seno del feminismo, y sobre todo que se agrietan cada vez más en el Ejecutivo a colación de la reciente reforma de la Ley del 'solo sí es sí' o la Ley Trans, miles de personas volvieron a salir a la calle en Elche este 8 de marzo. En una única manifestación que volvió a partir desde la Plaza de la Aparadora, ya toda una tradición, miles de personas salieron para exigir, a pesar de todo, por las mismas reivindicaciones de siempre y que muestran el camino que aún queda por delante para avanzar en igualdad.
Durante la mañana tuvieron lugar los actos institucionales y una concentración en Las Chimeneas convocada por la Assemblea 8M Elx, incluso con una pequeña manifestación por la huelga estudiantil que llegó a la Plaça de Baix. Ya de cara a las 18:00 horas, la Assemblea organizó una concentración a la que después se sumó la Coordinadora Feminista para partir todas desde la Plaza de la Aparadora pasadas las 19:30.
Precisamente, desde las aparadoras, hasta mujeres racializadas, como las árabes que habían estado durante la mañana frente al Ayuntamiento, pasando por sindicatos, partidos o colectivos juveniles, entre otros, la manifestación mostró una vez más el carácter diverso del feminismo. Transversal e intergeneracional. Desde cánticos como "no es no, lo demás es violación", "no estamos todas, faltan las asesinadas", "sola, borracha, quiero llegar a casa" o "no quiero tu piropo, quiero tu respeto", así como otros contra el patriarcado o proabolicionistas de la prostitución, la marcha no llegó a la masividad de los años prepandemia, pero sí mostró una gran cantidad de músculo a pesar de las divisiones o debate que pueda haber en el seno del movimiento. Y gestos como la bandera en apoyo a las protestas de las mujeres de Irán que portaban desde Amnistía Internacional. En definitiva, primó el "visca, visca, visca la lluita feminista".
A la llegada a Plaça de Baix, procedió la lectura del manifiesto, acompañada de abrazos y emoción por haber salido una vez más por las calles ilicitanas, mostrando que los cambios sociales y estructurales en pro de la igualdad siguen siendo más necesarios que nunca. Un 8M más de reivindicación y protesta que de felicitaciones, como se recordaba con los carteles por la precariedad laboral o los asesinatos machistas que siguen en cifras altas cada año. Para finalizar, como es habitual, la batukada siguió animando un rato más la jornada, para ahora sí, añadir algo de celebración.